21/3/08

Las golondrinas y el Viernes Santo

Es un detalle de agradecer, que pudiendo llegar cualquier otro día, los aviones comunes (1) que nidifican en el edificio de la estación del ferrocarril, frente a mi casa, hayan decidido presentarse hoy.
Desde siempre las golondrinas han gozado del cariño popular. La golondrina común (2) protagoniza además una leyenda piadosa que viene muy a cuento hoy: cuando todos salvo su Madre y San Juan abandonaron a Nuestro Señor en el Calvario, la golondrina habría permanecido también allí, intentando arrancar las espinas de la corona de su cabeza, quedando así su frente y garganta marcadas con la sangre de Cristo.
Pero las golondrinas viven en nuestros días su particular calvario: el abuso de plaguicidas y la degradación de las zonas húmedas las deja sin comida, y en la Europa paganizada un nido de golondrinas no representa sino un estorbo ruidoso que mancha con sus heces la pared y que es mejor derribar de un escobazo; entre el medio centenar de nidos de los que queda huella en la estación apenas se oyen los reclamos rasposos de tres parejas de aviones... Por lo menos, parece que su primo el avión roquero (3) es cada vez más abundante en la ciudad; espero que les vaya bien.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola! Me gusta tu blog. Estoy criando una golondrina daúrica y es una gran experiencia. Un saludo. P.D. Mi email es antonionavarrolivares@hotmail.com