Pero, a falta de pan, no se está tan mal en mi parroquia, Santiago das Caldas; que pese a estar dentro de la ciudad guarda todo el encanto de una parroquia rural, con curas que hablan gallego no normativo y multitud de abueletes y nietos que se lo pasan bomba en las procesiones. Hoy, Domingo de Ramos, hemos recorrido antes de Misa las calles del barrio, una pequeña marea de ramas de olivo y laurel. Se leen hoy dos evangelios: el primero, durante la bendición de los ramos, antes de que empiece propiamente la Eucaristía, recuerda el recibimiento gozoso que dieron a Cristo en Jerusalén. Después, en el propio de la Misa, se lee el relato completo de la Pasión. No hay que olvidar que los mismos que hoy aclaman a Jesús como su Salvador, pedirán a voces que se le crucifique dentro de sólo cinco días... Hay que ver, qué rápido cambiamos de opinión según dónde sopla el viento.
16/3/08
La marcha verde
Pero, a falta de pan, no se está tan mal en mi parroquia, Santiago das Caldas; que pese a estar dentro de la ciudad guarda todo el encanto de una parroquia rural, con curas que hablan gallego no normativo y multitud de abueletes y nietos que se lo pasan bomba en las procesiones. Hoy, Domingo de Ramos, hemos recorrido antes de Misa las calles del barrio, una pequeña marea de ramas de olivo y laurel. Se leen hoy dos evangelios: el primero, durante la bendición de los ramos, antes de que empiece propiamente la Eucaristía, recuerda el recibimiento gozoso que dieron a Cristo en Jerusalén. Después, en el propio de la Misa, se lee el relato completo de la Pasión. No hay que olvidar que los mismos que hoy aclaman a Jesús como su Salvador, pedirán a voces que se le crucifique dentro de sólo cinco días... Hay que ver, qué rápido cambiamos de opinión según dónde sopla el viento.
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