Una idea simple...

... y no por ello menos crucial. Todo empieza cuando, hace casi dos años, deciden "alegrarnos" la vida cerrando la cafetería. A mí, que me repatea lo de tener que preparar la comida en casa y llevarla en un tupper, me hicieron la Pascua, pues hasta entonces yo cogía una bandeja con la comida y subía con ella a la planta 9, a comer con los demás becarios. Y desde entonces nada, a bajar hasta Forestales, que es lo que pilla más a mano... Como cuando cerraron la cafetería empezaba ya a hacer bueno, y no era yo sólo el que solía tirar de bandeja, empezamos a bajar todos a Forestales y a comer sentados en el césped, y así terminamos el curso, manteniendo más o menos la unidad del grupo becarial a pesar de los reventones de cañerías. El curso siguiente, 2013/14, la gente pasó ya de bajar al césped y normalmente éramos sólo Joaquín y yo los que bajábamos, y Álex en cuanto empezó a integrarse en el grupo. Pero Joaquín leyó su tesis, voló, y las más de las veces Álex y yo hemos estado comiendo solos abajo, yo siempre de menú, y él alternándolo con tuppers. Y de vez en cuando, pillando un bocadillo para comer con el resto de los becarios. Este curso empezamos igual, pero cada vez echando más en falta la camaradería becarial...y os parecerá que soy muy huevón por no preparar el tupper en casa, pero es que realmente no sabéis la rabia que me da...

... y por fin Álex tuvo la brillante idea: que yo me trajera un tupper, sí, pero... vacío. Vacío, para llenarlo abajo en Forestales con la comida que quiera y subir después a comer con los demás. Una idea tan simple como genial, ¡si es que este chico es difícil de superar! De todas maneras, todavía tardé en ponerla en práctica, mientras decidía qué tupper llevar, qué cubiertos, cómo, dónde y con qué los iba a lavar... yo y mis ganas de complicar las cosas simples. Pero esta semana, con todo ya organizado, queda inaugurada una nueva era de fraternidad becarial. Y que dure lo que dure, que pienso disfrutarla.