En algún momento supongo que me empezaré a interesar por las libélulas en serio: son grandes, coloridas, y relativamente pocas e identificables a nivel de especie para ser insectos... vamos, que son "seudopájaros". Mi interés aumentó algo más cuando los Reyes me trajeron una guía de libélulas de Galicia y pude ver en directo que oye, tienen pinta de ser complicadas, pero abarcables; de modo que ayer por la tarde fui a las charlas de esta semana, para enterarme de qué especies (nueve, jeje; y además comunes sólo tres... aunque dos de las cuales se me antojan prácticamente indistinguibles, ¡ay!) se han registrado hasta ahora en el estanque frente a mi Facultad. Fui, y me enteré, y además me enteré de otra cosa tremendamente fascinante: un chiquillo nos presentó su proyecto de tesis, que pretende desarrollar entre el Real Jardín Botánico y nuestro Departamento, estudiando las relaciones evolutivas entre los dragoncillos y una de las abejas solitarias que la poliniza. Pues bien, de lo que me enteré es de que esta abeja, en lugar de excavar tunelillos en madera muerta o en el suelo, desova.... ¡en caracoles vacíos! Caracoles que llena primorosamente de polen y miel, en los que pone un huevo y luego tapa con cera... abejas helicófilas se llaman, que son varias las que lo hacen. Caray, espero no dejar de sorprenderme nunca...
2 comentarios:
ya te digo, que pasada. Lo de las abejas y caracoles jeje
al final le vas a dar uso a la guía y todo jeje
Los de las abejas, hormigas y tdo tipo de relaciones "comunitarias" de ese tipo siempre me han molado.
FJP
Ea pues, ya tienes tema para marcarte una nueva tesis, ahora en Biología ;-)
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