En el congreso me enteré de una historia poco relacionada de entrada con las aves, pero que sin duda me dejó fascinado: la forma en que Toxoplasma gondii, el protozoo parásito causante de la toxoplasmosis, es capaz de modificar el comportamiento de sus hospedadores... La toxoplasmosis es una enfermedad propia de los felinos, que se valen de hospedadores intermediarios (roedores, animales herbívoros... según el hospedador definitivo sea un gatito... o un león) para cuando éstos son comidos llegar donde quieren llegar. Aunque sea una enfermedad propia de felinos, se estima que un tercio de la población mundial de humanos es portadora del parásito, que se contagia a través del consumo de carne mal cocinada o del contacto con heces de felino presentes en el terreno. En los humanos la enfermedad cursa de una forma muy leve (salvo en personas inmunodeprimidas), pero sin embargo puede ser mortal para los fetos; de ahí que las embarazadas no deban consumir fiambres o convivir con gatos.
Pero volvamos al tema. Lo interesante es que Toxoplasma modifica el comportamiento de sus hospedadores para conseguir sus fines: se ha comprobado que los ratones infectados pierden el miedo natural al olor de los gatos y se comportan de una forma mucho más atrevida, paseando lejos de los refugios... con lo que al final acaban en la boca del lobo; digo, del felino. Muchos parásitos son capaces de modificar el comportamiento de sus hospedadores intermediarios para conseguir estos fines, de modo que no es esto lo que más me interesó... sino que, leyendo un poco más, descubrí que aparentemente esto sucede también con los humanos: comparando con la población humana en su conjunto, resulta haber una relación muy fuerte entre personas que asumen situaciones de riesgo y la infección por Toxoplasma. Personas amantes de los deportes de riesgo, personas que escogen profesiones como soldados o bomberos, personas implicadas en accidentes de tráfico por imprudencias al volante... personas incluso consideradas más atractivas por el sexo opuesto, por ser osadas y decididas... todos parecen tener en gran proporción un pequeño bicho en el cerebro diciéndoles, a cada paso, que escojan la pastilla roja...
...Aunque en última instancia, como cuando la vocecita nos dice que nos quedemos en cama cuando ha sonado el despertador, o que nos colemos en el metro cuando están los tornos sin vigilancia, la decisión es siempre nuestra.
2 comentarios:
Ains, cuánto (o lo que) sufren los pobres gatitos a veces con embarazos humanos en las casas,y la mezcla de desinformación y algo de exageración jeje
Ahora que lo dices, leyendo tu entrada sí que recuerdo haber visto algo de información sobre ello en algún momento. Pero lo tenía olvidado. :) Mira que bien me viene, y es que al fin y al cabo como bien comentas una de las vías es a través de la carne mal cocinada ;) Para explciar ciertas cosas ejemplos d estos molan mucho
Curioso que saliera ese topic en un congreso de ese tipo. ya me contarás
Como posible
Como posible, ya te digo.
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