"Isabelino" es un término usado típicamente por criadores para indicar una mutación del color de los animales (ya sean caballos, pájaros, reptiles...) consistente en que, por deficiencia de ciertos tipos de melanina, éstos desarrollan coloraciones pastel, sin marcas oscuras. En torno al origen del término se cuentan varias leyendas aplicables a dos Isabeles, reinas y españolas: la infanta Isable Clara Eugenia o Isabel la Católica, que envueltas en diversas guerras habrían jurado ante sendos asedios no cambiarse de ropa interior hasta que el asedio terminase... con el previsible efecto sobre la coloración de unos paños anteriormente blancos.
"Isabelino" es no sólo el nombre aplicado a animales mutantes, sino también a muchas aves que de forma natural son de color ocre claro. Una de ellas es el alcaudón isabelino Lanius isabellinus, y es "por su culpa" que escribo esta entrada. Esta especie, que cría en Asia central y pasa el invierno en tierras arábigas o africanas, llega de vez en cuando a nuestro país; más o menos uno cada dos o tres años. Pero los que nos llegan son normalmente ejemplares juveniles, que apenas se distinguen de los jóvenes de nuestros alcaudones dorsirrojos, con los que están muy estrechamente emparentados. Pero este año en Castellón acaba de aparecer un señor machito adulto, que seguramente no será tan inusual como el cormorán pigmeo del que os hablaba hace un par de días, pero desde luego es la rareza más bonita de 2014...
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