22/7/12

Collado Abierto

 Llevaba mes y medio sin salir al monte y cuatro años y medio sin hacerlo con Mario; así que la posibilidad de enmendar ayer ambas faltas no podía escapárseme así como así. Nos encontramos ayer por la mañana con el destino aún a medio fijar, y acabamos tirando hacia el puerto de Canencia y los parajes cercanos de Collado Abierto y el Mondalindo. Tenía yo ganas de ver pechiazules en época de cría en vez de en invierno por vez primera, y se antojaba esta como una buena ocasión.

 Curioso ver desde arriba el contraste de colores en la pradera que dejábamos abajo: todavía verde en la zona de influencia del minúsculo arroyo que cruzamos al pasar y completamente agostada en el resto; fragante por las santolinas que pisaban las vacas mientras buscaban algo de sombra y pasto entre nubes de polvo.

 Entre los arbustos de aquella pareja volaban, no pechiazules, pero sí otra especie curiosa que no contaba yo con ver: alcaudones dorsirrojos Lanius collurio; una preciosa especie norteña que en España llega por el sur hasta el Sistema Central y que es muy escasa en Madrid. Esta especie es muy curiosa además porque emigra a África en invierno no directamente norte-sur, como hacen casi todas, sino rodeando el Mediterráneo; de forma que las poblaciones ibéricas son paradójicamente las que tienen que cubrir mayor distancia hasta llegar. Vimos varias parejas con sus pollos a lo largo de la mañana; pollos a los que no les debía costar mucho alimentar, ya que la hierba seca bullía de saltamontes.

 Entre los piornos de la imagen debería haber no solo vacas, sino también pechiazules; pechiazules que desgraciadamente no vimos. Sí muchísimas tarabillas; y alondras, acentores, escribanos montesinos y hortelanos... Y un "mal presagio": vencejos y golondrinas montaraces; aves que libres ya de la carga de los pollos buscan el frescor y el alimento de la montaña antes de marcharse rumbo al sur, cosa que harán tristemente en breve.

 Este escarabajillo no parecía en cambio tener ninguna prisa por marcharse de su cardo... Creo que es un clérido, pero ya lo comprobaré cuando me acuerde.

Y aquí estamos nosotros dos, ya para terminar. Esperemos que no tengan que pasar otros cuatro años hasta la siguiente...

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