Además de las aves que, como
palomas, gorriones o cigüeñas, entre otras; llevan generaciones construyendo
sus nidos sobre las edificaciones humanas, hay otras muchas especies para las
que esto es más la excepción que la norma, y sin embargo se dan casos aquí y
allá. Casos que, gracias a Internet, nos llegan a todos los demás. Casos que
pueden no pasar de ser una mera curiosidad o preludiar en cambio el inicio de
una nueva asociación entre dos especies; solo el tiempo lo dirá... Casos como,
por ejemplo, el de estos simpáticos búhos chicos Asio otus.
Mucho me
hubiera gustado a mí tener en casa algo así, pero lo más parecido que he visto
fueron los “Benitiños”. Durante el verano de 1998, cuando por cierto
descubrimos todos Internet, una pareja de palomas decidió poner sus dos huevos
en una maceta grande de casa de mi tía. Los huevos se abrieron el 11 de julio,
día de San Benito, de ahí que Benitiños fuese el nombre que les quedó a ambos
hermanos, así bautizados por mi tía. Allí crecieron, los padres siempre
recelosos de nosotros, ellos, pobres no. Empezaron a volar y a traerse a los
amigos a casa, a comer el pan que mi tía les dejaba. Se fueron un día, y a las
pocas jornadas volvió uno de los dos, bastante enfermo, a morir en el balcón.
Cosas de la vida...
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