Boca del Asno, uno de los diversos apartaderos de la carretera que baja del puerto de Navacerrada a La Granja, el primero después (o antes, según se mire) de las Siete Revueltas. Por entre el mar glauco de las copas de los pinos albares, asoman aquí y allá las copas doradas de alguna de las especies acompañantes.
A orillas del Eresma, y subiendo por las laderas del monte de Valsaín, menudean los senderos entre los pinos. Y aquí y allá, la lección de botánica en amarillo, cobre y rojizo:
Cerezos silvestres Prunus avium
Robles melojos Quercus pyrenaica
Avellanos Corylus avellana
Majuelos Crataegus monogyna
Álamos temblones Populus tremula, que vienen en dorado...
... y en granate, como hace un año en Soria.
Y serbales de cazadores Sorbus aucuparia.
Y a ras de suelo, los azafranes de otoño Crocus nudiflorus. Y arces, sicomoros y de Montpellier, y fresnos, y alisos, y algún abedul despistado. Y entre los verdes: tejos, acebos y enebros. Y muchos madrileños. Pero había monte y otoño para todos...
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