24/1/15

Cecilias hambrientas

Ayer fui al MNCN, a una charla que daba Diego San Mauro sobre sus líneas de investigación. Diego, que es la incorporación docente más reciente a nuestro grupo en la Facultad, ha trabajado sobre todo con cecilias, ese tercer orden de anfibios (a mayores de ranas por un lado y salamandras por otro) con pinta de gusano que, por ser sólo tropicales, nos suelen pillar tan a desmano que apenas sí recordamos que existen. Pero una cosa es que no nos acordemos de ellas, y otra bien distinta que lo merezcan: y no lo merecen, que aunque sean pocas especies tienen cosas admirables para aburrir. Por ejemplo a la hora de reproducirse, pues resultan ser extremadamente plásticas, y hay especies ovíparas y vivíparas; y las hay que cuidan de sus huevos y/o sus juveniles durante bastante tiempo... y de formas que nos hacen al menos arquear una ceja: todavía en 2007, se descubrió una especie (seguramente sean muchas más, simplemente es que "nadie" hace caso a estos bichos) en la que las madres alimentan a sus descendientes... con su propia piel, que se carga de grasa y se vuelve especialmente gruesa tras la eclosión de los pequeñuelos, y que éstos arrancan a mordiscos con entusiasmo (haced click aquí para descargar el vídeo del artículo original). De 2007 es el artículo, y yo me había enterado hace poco; lo que entre otras muchas cosas aprendí en la charla de Diego ayer es que en las cecilias vivíparas las crías aparentemente hacen lo mismo... alimentándose directamente de las paredes del útero. Y las hay que se quejarán por tener que dar el pecho...

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