A cuatro kilómetros de Moraleja, el pueblo cacereño donde nos quedamos a dormir el sábado, está el área de El Chorrerón; allí donde el río Arrago se represa de forma natural en unas peñas, formando una piscinilla junto a la que comimos.
Si ya estaba bonito el fin de semana, imagináoslo en pleno invierno, con el agua saltando por encima de todas las rocas que se ven en la imagen.
El sitio, al que se cruza por este puente tan cuco hecho con traviesas del ferrocarril, tiene un gran potencial turístico: hay un antiguo molino, y chozas-chiringuito...
... pero la verdad es que el lugar está abandonado: el molino y las chozas, tapiados. Y de hecho por allí no apareció nadie en todo el tiempo que estuvimos... aunque alguien debe de dejarse caer de vez en cuando, como demuestra la ventana reventada del molino.
Tentador, ¿verdad? ¿No os dan ganas de saltar por la ventana frontal en mano y explorar el interior? No es un psiquiátrico abandonado en Collado Mediano, pongamos por caso, pero ¿quién sabe lo que nos habríamos encontrado de haber sido solo un poco más valientes? ¿Tal vez algo como esto?
Además, si llega a pasar... "algo", no es que hubiésemos podido escapar corriendo precisamente, pues muchas de las traviesas del puente no inspiraban demasiada confianza...
Y algo... algo sí que pasó. Pero un poco más tarde, y con mucha menos luz. Creo que lo dejaré para mañana...
2 comentarios:
Jaja, gracias por mencionarme. ¡Teníais que haber entrado! Parece bastante chulo el sitio. ¿Qué es, por cierto, la foto horrible de la cara siniestra?
¿Qué cara, la del grafiti o la del enlace?
Publicar un comentario