Las únicas pegas de todo el congreso fueron los insufribles horarios centroeuropeos de las comidas y que la lluvia nos acompañó más tiempo del que hubiéramos querido. Por lo demás, para los organizadores no tengo más que alabanzas: la casa contaba con todas las comodidades posibles, los horarios se hacían muy llevaderos, los ponentes invitados dieron charlas a cada cual más interesante… Cada uno de nosotros tuvo 15 minutos para exponer su trabajo y otros cinco para contestar preguntas. Mientras, otros dos participantes y dos de los profesores invitados evaluaban anónimamente aspectos de la charla (claridad de ideas y de su exposición, habilidad del ponente…) que luego eran comunicados al interesado para que supiese dónde mejorar. ¡Y encima nos dieron a cada uno un DVD con nuestra charla grabada! En un momento de debilidad estuve a punto de colgarla en YouTube para que vieseis cómo no se debe dar una charla, pero me he arrepentido a tiempo.
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En cuanto disponga de ellas os colgaré alguna foto de las hogueras y las fiestas, para que veáis también qué animados son los catedráticos del mañana…