Sólo el penitente pasará...
Cualquiera que haya cogido un topo coincidirá conmigo en que tienen un pelaje extraordinariamente denso y suave, realmente gustoso al tacto; de hecho, fue bastante usado en la fabricación de guantes de cuero de interior “peludo”. El moleskin (literalmente, “piel de topo”) es un tejido de algodón particular, muy mullido y suave. Y, aunque no están recubierto de ese tejido, de él toman el nombre los famosos Moleskine, los cuadernos de notas empleados por personalidades como Picasso, Hemingway o incluso Indiana Jones. Los Moleskine originales salían de una fábrica parisiense cerrada al morir su dueño, pero hace poco una marca italiana ha vuelto a comercializar unos cuadernos esencialmente idénticos: de tapas y lomo duro que permite abrir del todo el cuaderno, con una cinta marcapáginas y un elástico para mantenerlo cerrado, en multitud de tamaños y estilos de papel.
Yo siempre me he fabricado mis propios cuadernos de campo, encuadernando octavillas en una papelería; y he ocultado mi envidia al ver cómo entre mis compañeros se extendían los nuevos Moleskine disfrazándola de rechazo a la pijería... Si bien es cierto que no merece la pena hacer el desembolso para la mala letra y los malos dibujos que hago, y realmente las jornadas de campo bien redactadas e ilustradas en uno de esos cuadernos, son algo digno de conservarse y enseñarse... como espero que haya hecho Javi (él, que sí tiene buena letra y dibuja bien) hoy que, de trabajo de campo en Cuenca, por fin ha tachado al primero de su lista de “¿pero todavía no has visto un...?”, la carraca europea Coracias garrulus, ¡ENHORABUENA!
1 comentario:
Jajaja. Al final hiciste la entrada sobre las "moleskin", desde aquel día que me lo comentaste. La verdad es que son bastante chulas, pero bien valen tus cuadernillos para poner esa letra rara que tienes. Jejeje ;D. Un saludo
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