A veces quedar con C me desespera (¡perdón!): insiste en preguntar, casi por costumbre, "qué vamos a hacer"; y casi por costumbre contesto yo, medio ofendido, si no basta con que quedemos y nos veamos sin más... De modo que por no escuchar la pregunta de siempre, me adelanté ayer tarde a decir que quedásemos junto a la Fundación Telefónica para ir a ver las exposiciones que tuviesen... aunque yo no tenía ni idea de qué podrían estar exponiendo, tal vez incluso nada. Pero sí tenían cosas, y cosas que nos gustaron mucho: la colección de obras de Jim Campbell, Ritmos de luz, principalmente. El artista, ingeniero de formación, presenta una serie de instalaciones en las que juega con el concepto de píxel: que las imágenes de nuestras pantallas estén formadas de celdillas menudas que, encendiéndose y apagándose, cambiando de color, hacen que el cerebro forme imágenes nítidas. Y cuanta mayor densidad de píxeles, más resolución. Campbell busca en cambio el efecto contrario: aumentar el grano, obligar al espectador a que se aleje para dejar de ver bombillas que se encienden y se apagan y pasar a ver imágenes. O no. La verdad es que toda la muestra, que orbitaba en torno al concepto más profundo de la claridad de los recuerdos, da para hacer que uno se rasque la cabeza más de una vez...
2 comentarios:
Ni unas palabras dedicadas a la memoria de un clavo. Este blog se esta tornando demsiado serio. Piensa plan para el próximo dia.
Cómo eres... Memoria de un clavo es que es demasiado profunda para explicarla con palabras. Es una vivencia que quien vaya, como nosotros, podrá atesorar...
Por lo demás, yo ya he pensado los dos últimos planes, así que también te tocará arrimar el hombro a ti, ¿no? ;-)
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