18/8/11

Un B&B en la JMJ #1

A pesar de las ganas que tenía de venir a Madrid, todo lo que suponen las despedidas (el fin de vacaciones, la preocupación por todo lo que queda por hacer antes de irme de estancia, el no saber si volveré a casa antes de irme a Edimburgo o no...) se va juntando y forma la conocida bola en el estómago, que no se va ni con los primillas de los que parece que siempre hablo cuando viajo en el Talgo...
Pero al llegar a Madrid, el ambiente era ya bien distinto: hormigueando por los distintos andenes de metro y cercanías, una muchedumbre variopinta de peregrinos hacía imposible obviar que estos días se celebra en Madrid la Jornada Mundial de la Juventud; las terceras de Benedicto XVI y las cuartas que me pillan a mí por medio. Yo no soy muy de vítores y cánticos (más bien nada), pero quedarse atrapado en el vagón entre un grupo de franceses y otro de sudafricanos, cada uno con su tonadilla, le hace sonreír diría que hasta al más cazurro.
Así, más animado ya, esta mañana todavía vacacional me acerqué a Avenida de América a ver pasar la comitiva papal, en su tránsito entre Barajas y la Nunciatura Apostólica, donde se alojará el Papa estos días. La lluvia que amenazaba esta mañana se quedó al final en breves chubascos, y la horita de espera al sol, preludio de los calores por pasar estos días, no me la quitó nadie. Al haber tanto sitio del aeropuerto a la ciudad la gente estaba muy repartida, y todos pudimos ver pasar veloz al papamóvil desde primera fila. Primer contacto satisfactorio; a ver esta tarde en Cibeles...

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