30/8/11

A figueira do demo

El estramonio, la última serpiente del verano, sale en las noticias una y otra vez: hace una semana fueron dos los fallecidos por consumirlo; y anteayer un iluminado en un tris estuvo de seguirles... Y me hace gracia escuchar en el telediario y leer en los periódicos la frase de “hasta hace unos días nadie sabía de esta planta...” Bueno; pues mi abuela al menos sí sabía de ella, y desde pequeño me enseñó cómo era, contándome que dos niños habían muerto al comérsela. En fin, se ve que faltan abuelas en este país...

Abuelas y sentido común: a los lumbreras municipales de media España no se les ha ocurrido nada mejor que mandar las brigadas a arrancar cuanto estramonio crece en sus baldíos y ribazos. Dado que la mitad de lo que brota en el campo puede mandarle a uno a criar malvas, lo más sencillo sería prenderle fuego a todo, ¿no? Y ya de paso quitar las piedras, que cuando uno tropieza se lastima cosa mala...


2 comentarios:

JuanMa dijo...

Has dado un buen ejemplo de ese mundo que nos cuentan Delibes y Jimenz Lozano que inexorablemente se acaba, las cosas de la vida enseñadas por los abuelos, los que tienen experiencia. El mundo moderno se aprende con la tele y con otros cachivaches tecnológicos.
Mientras tanto, el campo, el ambiente y la ecología se convierten en parques temáticos para visitar en vacaciones y fines de semana. Pero claro, se ven como en exposición, pero sin sentir que la vida nos va en ello.

Muy bien por contarlo.

JuanMa, B&P

Antón Pérez dijo...

Muy bien tú con tu acertado comentario; gracias por pasarte...