19/8/11

Un B&B en la JMJ #5

Esta tarde, al filo de las 5, me encontré por fin por el resto de mi grupo. Y nada más llegar, llegaron las complicaciones: por problemas de organización, y aunque sí que contábamos con las mochilas y camisetas de las JMJ que tanto colorido dan estos días a las calles, carecíamos de lo más importante: las acreditaciones para entrar mañana a Cuatro Vientos, el abono transporte para tres días y los tickets de comida para el fin de semana. Y en apenas dos horas y media conseguimos llegar desde el quinto pino donde están alojados mis compañeros al centro, solucionar todos los líos que he mencionado y encontrar un sitio despejado junto a una pantalla gigante muy cerca de Cibeles, justo a tiempo para el inicio del Via Crucis. Suerte, le llamarían algunos...
El Via Crucis (literalmente, el camino de la cruz) es una devoción, en la que se meditan, a lo largo de catorce puntos (las estaciones), los sucesos de la pasión y muerte de Cristo. Entre Colón y Cibeles estaban colocados catorce de los pasos de las procesiones de Semana Santa más conocidas de España, cada uno referido a una estación; y de uno a otro iban portando una serie de peregrinos una cruz. Frente a cada estación, entonces, se leía el fragmento del Evangelio que hace referencia a la misma y una pequeña reflexión (aquí, los textos). Finalizado el recorrido, el Papa leyó un discurso final (aquí).
Hoy el centro estaba realmente vibrante, y volver en metro a casa ha sido una pequeña odisea. Buena parte del viaje me lo pasé junto a uno de los pocos suecos presentes en las JMJ, que resultó ser también estudiante de Lund, la ciudad donde estuve de estancia el año pasado y el anterior. Casualidad, le llamarían algunos... Y entre mañana y pasado ya la fiesta grande, en la explanada del aeródromo de Cuatro Vientos. Al volver os lo cuento...

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