Como de momento sólo tengo conexión en el trabajo se me han ido acumulando las entradas... Bueno, vamos a ir recuperando.El lunes le di mil y una vueltas a qué llevar a Mallorca y qué dejar, agobiado por la imposición de una única bolsa de mano (que obligatoriamente tendría que ser el portátil) y el tope de 20 Kg. de peso. “Resumir mi vida en una maleta”, como dijo Gise, que se molestó en acompañarme a Barajas, no ha sido tarea fácil, y al final se han quedado en Madrid cosas como el telescopio, de lo que nunca me arrepentiré lo suficiente...
La alegría del día fue descubrir que Gise es una especie de Fujur, el dragón de la suerte de La Historia Interminable. Tres metros que tuvimos que coger, tres metros que entraron en la estación a la par que nosotros. Llegados a Barajas y ya facturando, se me cayó el alma a los pies cuando vi que, lejos de 20, la báscula marcaba 32 Kg. Pero para pasmo y asombro mío la del mostrador sólo abrió la boca para desearme un feliz vuelo; increíble... La influencia de Gise me acompañó hasta Mallorca. Al encender el móvil en Son San Joan recibí un mensaje de Ana, una de mis dos compañeras de piso (la otra, Neus, está aún de vacaciones); estaba con su novio en un coche que habían alquilado para el fin de semana, y como le quedaba de camino pasaba a recogerme. Dicho y hecho, no bien salí con las maletas me encontré con el coche en la puerta.
Mi nueva casa es preciosa. El piso, aunque en un edificio antiguo, está completamente reformado, amueblado con gusto y muy limpio. Y tengo una habitación con una cama de verdad, cosa que en Madrid... Además, como mis dos compañeras de piso son también compañeras de trabajo, me suben en coche.
Y por hoy ya llega; del trabajo hablaremos mañana, si Dios quiere.
1 comentario:
Hola Señorito!!
Aunque ya lo sabes, te deseo mucha suerte con tu nueva vida y con tu nuevo blog.
Supongo que también te llevarás una pequeñísima sorpresa al ver este comentario ;)
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