Y más concretamente, desde agosto de 2006; todo este tiempo llevaba sin ver una serpiente, con lo que me gustan...
Y pude acortar la cuenta de los meses gracias a que el sábado perdí el bus de vuelta a Palma desde la Albufera de las tres de la tarde, teniendo así que esperar hasta las seis. Como no me iba a quedar tres horas esperando sentado en la cuneta, y aunque ya estaba bastante cansado de caminar, volví a entrar en el Parque y tiré por un camino que no había recorrido por la mañana. Ya casi al final, llegando al observatorio de es Colombars, me encontré con la culebra viperina Natrix maura de la foto, que aprovechaba tumbada en medio del camino los últimos rayos de sol de una tarde que ya se iba poniendo fresca. Medio atontada como estaba, me dejó acercarme lo suficiente como para fotografiarla a placer antes de intentar defenderse. Las culebras viperinas reciben ese nombre de su colorido, que recuerda bastante al de muchas de sus venenosas parientes. Pero no acaba ahí el parecido; si se sienten amenazadas (por ejemplo, por un biólogo pesado), achatan la cabeza haciendo que tome una forma triangular, bufan y amagan un ataque... Pero todo es un farol: Si se las coge ni siquiera muerden, y su último recurso defensivo es el hacerse las muertas.
Y pude acortar la cuenta de los meses gracias a que el sábado perdí el bus de vuelta a Palma desde la Albufera de las tres de la tarde, teniendo así que esperar hasta las seis. Como no me iba a quedar tres horas esperando sentado en la cuneta, y aunque ya estaba bastante cansado de caminar, volví a entrar en el Parque y tiré por un camino que no había recorrido por la mañana. Ya casi al final, llegando al observatorio de es Colombars, me encontré con la culebra viperina Natrix maura de la foto, que aprovechaba tumbada en medio del camino los últimos rayos de sol de una tarde que ya se iba poniendo fresca. Medio atontada como estaba, me dejó acercarme lo suficiente como para fotografiarla a placer antes de intentar defenderse. Las culebras viperinas reciben ese nombre de su colorido, que recuerda bastante al de muchas de sus venenosas parientes. Pero no acaba ahí el parecido; si se sienten amenazadas (por ejemplo, por un biólogo pesado), achatan la cabeza haciendo que tome una forma triangular, bufan y amagan un ataque... Pero todo es un farol: Si se las coge ni siquiera muerden, y su último recurso defensivo es el hacerse las muertas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario