5/1/12

El Oso (sin madroño)

Hay que aprovechar estos días tan soleados y templados para escaparse al campo, antes de que la lluvia, el frío y la vuelta a la Facultad aconsejen estarse tranquilitos y bajo techo. Así que ayer fui con Alberto a la laguna de El Oso, humedal de mediano tamaño sito junto al pueblo del mismo nombre, en la comarca de La Moraña (Ávila), poco después de rebasar desde Madrid la Sierra. Es un humedal donde se juntan buenos números de gansos y grullas en invierno, además de otras cosillas también interesantes. Y para convencer a Alberto de decantarnos por ese y no otro destino no necesité mucho más...

... aunque, evidentemente, yo me callaba parte de la información; que era que mi principal interés para ir allí estaba en añadir el pegote de la foto de arriba a mi lista de aves vistas en España. El pegote, medianamente reconocible como un ganso porque está junto a otro algo más enfocado, es en realidad un adulto de ánsar campestre de tundra Anser fabalis rossicus, que lleva tiempo viéndose por allí. Este ganso (que había visto en 2010 en Suecia) se contaba por miles en la Meseta Norte en invierno a lo largo de buena parte del S. XX, pero después la especie comenzó a invernar cada vez más al norte, siendo ahora una rareza en nuestro país.

Todo lo contrario de lo que ocurre con el ánsar careto Anser albifrons (el pegote del centro), una especie antaño bastante escasa en la Península que se está volviendo cada vez más frecuente; aunque todavía es lo suficientemente rara como para alegrarle a uno el día cuando lo ve :-)

Y bueno, tras torturaros con las dos ¿fotos? anteriores os pongo una imagen algo más agradecida de una hembra de cernícalo vulgar Falco tinnunculus. Porque, como vimos los gansos raros relativamente rápido, pudimos entretenernos a gusto luego con las especies más comunes, que no menos atractivas: gangas ortegas, aguiluchos pálidos, silbones europeos... un poco de todo. Y así pasamos la mañana. Tras engullir un bocadillo en Sanchidrián, decidimos volver a acercarnos al agua más cerca de la ciudad...

... y tras pasar los montes de nuevo tirando de N-VI (por disfrutar de las vistas, que el túnel de Guadarrama es mucho más aburrido... y más caro) nos dedicamos a ver morir el día junto al embalse de Santillana, en Manzanares el Real, mientras nubes de miles de gaviotas se preparaban para pasar la noche. La verdad es que en días así uno echa de menos que en invierno haya tan pocas horas de luz.

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