Pues ya estoy de vuelta de Andújar, donde no se nos ha dado mal del todo :-) Pero, por hablar de lo que he hecho con orden y por dejaros por la intriga (y por conseguir de mis compañeros alguna foto) voy a empezar hablándoos del viernes por la mañana. Viernes festivo (traslado de Sto. Tomás de Aquino desde el sábado) en que contaba con recuperar algo de sueño, pero que por estar en el despacho equivocado en el momento equivocado me tocó madrugar algo más que de costumbre.
Hacía falta alguien con acceso a las llaves del Departamento para bajar por la mañana el material que se usa en la estación de anillamiento de esfuerzo constante del jardín botánico de Ciudad Universitaria, y ese alguien resulté ser yo. Tampoco puedo decir que me amargase mucho, ya que llevaba sin tocar pluma desde el trabajo de campo de verano y ya lo echaba algo de menos...
Entre vuelta y vuelta a las redes aprovechamos para ir vaciando las cajas nido del material del año anterior (ya que, como podéis ver en la foto, los gorriones molineros suelen pecar de entusiasmo al rellenar las mismas), anotar las que hace falta sustituir y en general dejarlo todo listo antes de que los bichos comiencen a criar otra vez.
Entre vuelta y vuelta a las redes aprovechamos para ir vaciando las cajas nido del material del año anterior (ya que, como podéis ver en la foto, los gorriones molineros suelen pecar de entusiasmo al rellenar las mismas), anotar las que hace falta sustituir y en general dejarlo todo listo antes de que los bichos comiencen a criar otra vez.
Un petirrojo recién sacado de la red. Ya traía la anilla de casa, como podéis ver; en estos sitios donde se anilla con regularidad enseguida aparecen asiduos de las redes...
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