17/1/12

Assim você me mata (Galician Twitching Tour GTT2 I)

Por circunstancias personales previas al viaje, y porque fue con diferencia la canción que más veces repitieron en la radio durante el fin de semana, el éxito de Michel Teló queda proclamado banda sonora indiscutible del GTT2...

Esta edición, casi tres años después de la primera, constó solo de dos días, pero al tener menos objetivos inexcusables en la agenda pudimos tomárnoslo de una manera mucho más relajada. Tras aterrizar en Lavacolla, desayunar y recoger el coche de alquiler, salimos camino de la playa de Nemiña, en Muxía. Allí, esperándonos delante de los telescopios de Xavi Varela, Mario Alonso y Toño Salazar (por lo que no fue "muy difícil" dar con ella), estaba la estrella del viaje: “Barrilete Gull”.
Pese a su nombre, en la foto de Javi veis a Barrilete Gull entrenando para estar en forma en primavera, cuando le toque volver a América. Y es que “Barrilete Gull” es una gaviota argéntea americana Larus smithsonianus adulta, que lleva varios inviernos dejándose ver por la misma zona. El problema es que no ha sido hasta este año en que se la ha identificado como lo que es, pues si bien los ejemplares juveniles típicos de esta especie son bastante distintos de los de cualquier especie europea, la mayoría de los adultos, salvo los que cumplen todos y cada uno de los requisitos que debe cumplir una argéntea americana de libro, son imposibles de identificar en Europa como tales. Y este es probablemente el primer ejemplar adulto que se puede identificar con seguridad como tal en todo el continente. Si queréis saber más del tema, aquí os lo explican con mucho mayor detalle.


Pero he de confesaros que, si bien disfruté del bicho, que puso todo de su parte para que pudiésemos ver el característico patrón de todas sus primarias, me ha dejado un pelín frío; supongo que porque me ha pillado “demasiado pronto”, demasiado verde aún como para deleitarme con todos los pequeños detalles que lo hacen único, al contrario que los que estaban allí con nosotros. Así que le agradeceré enormemente a Xavi Varela que fuese tan amable de indicarnos la zona, en los campos por encima de la playa que veis en la foto, por dónde se movía un pajarete que me hizo mucha más gracia (eso y que nos invitase a un café; la verdad es que da gusto ver que gente que uno solo conoce por sus blogs y demás son luego tan majos en persona).


Y después de currárnoslo un poco, lo que siempre le da más emoción al asunto, Javi localizó en el prado recién segado de arriba al bicho de su foto: un ejemplar de escribano lapón Calcarius lapponicus, especie propia de la tundra ártica que inverna en las costas del mar del Norte y en las estepas de Europa Oriental y Rusia, aunque algunos se dejan caer cada año por España.


Con el cupo de rarezas del día más que satisfecho, no nos importó demasiado no dar con los bisbitas de Richard Anthus richardi que solían verse también en los prados del escribano (bueno, a mí sí me importó algo más, que Javi ya se los había tachado antes...); ni no localizar en la sauceda de playa de Mar de Fóra (Fisterra, en la foto) ninguno de los hasta cuatro mosquiteros bilistados Phylloscopus inornatus que han llegado a salir a la vez allí este otoño. Y nos alegramos mucho más al anotar ambos en Corcubión al arao común Uria aalge en nuestras listas españolas.


La lluvia, que nos dio la lata durante todo el día, se acercó a presentarnos sus respetos ya cuando fuimos a dormir a Santiago, sicut fur in nocte, sin avisar a nadie (ya lo siento, pero ni las horas ni el tiempo de sueño aconsejaban grandes fiestas). Cena y a dormir corriendo, que quedaba mucho (¡todo un día!) por delante...

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