Nada de particular el miércoles durante el viaje en tren, ni dentro ni fuera del mismo. Ayer de viaje otra vez, a Lugo, como ya os había adelantado. Ni a la ida (con una niebla mesta) ni a la vuelta (dormido en el autobús) me fijé mucho en el paisaje, pero lo suficiente como para que se me despertase un tanto la vena morriñenta: prados verdes, vacas, castaños, muretes de piedra, berzas, antiguas casas señoriales de sillares labrados con mimo junto a adefesios de ladrillo, bloques de hormigón y uralita... feitos diferenciales que de tanto en cuanto se echan de menos.
La tesis en sí fue admirablemente bien: Javi ha trabajado como un chino, mal pagado a veces y otras viviendo del aire; y dominaba perfectamente el tema de los parásitos del corzo a los que ha dedicado estos dos últimos años largos. Así estuvo de tranquilo durante la exposición, y aguantando después dos tediosas horas de cuestiones por parte del tribunal, que aglutinaba todos los arquetipos posibles: el puntilloso hasta la exasperación, el que no se la había leído, el chistoso sin gracia, la diva que buscaba ser el centro de la atención. Me fui con la pena de no poder quedarme mucho más tiempo a la cuchipanda, por problemas de horario; y con la pena de no saber tampoco cuánto faltará para poder estar yo al otro lado... espero que no mucho, si Dios quiere.
1 comentario:
gracias Ant´n, fue un placer podre contigo. Una pena q no pudieras quedarte algo más.
(curioso análisi del tribunal ;) )
Pronto muy pronto te tocará, y va a ser un gran día. :) Felices Fiestas. Ya nos vemos.
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