El domingo fue la nieve, y ayer en el progresivo avance de la invernalización le tocó el turno al viento. Pero no cualquier viento... por la mañana soplaba con ganas, aunque poco más. Fue ya en la Facultad cuando empezó a correr la voz de que probablemente por la tarde la situación se volvería extrema y que como medida de precaución las autoridades estaban cerrando carreteras y pidiendo a la gente que no saliera de sus casas. Total, que cuando llegó el correo oficial invitando a todo el mundo a largarse no nos hicimos de rogar... la verdad es que, ya en casa por la tarde, no se veía nada del otro mundo; desde luego nada pero que lo que ya haya visto en España. Pero bueno, mejor prevenir que curar, supongo...
En cualquier caso, lo del viento ha sido tan intenso como breve, y hoy nos ha dejado un agradable cielo despejado. Y si no fuese porque llegan pasadas las seis, cuando ya hace dos horas que es de noche, nuestros últimos visitantes (apurando hasta el último fin de semana) se toparían con una bonita estampa de la ciudad bañada por el sol. Antonio (el hermano de Sofía), Sonia y Alberto; tres invitados de lujo para redescubrir con ganas esta ciudad y sus alrededores. Así, de vuelta en Madrid, nos quedará un recuerdo aún más vivo.
3 comentarios:
Qué bien, a ver si mañana también hace ese buen día, que me gusta el frío y el viento (de hecho me encanta el viento) pero las fotos agradecen más el sol.
Un abrazo, te veo en un rato!
Mira que bien que tienes visita aún cuando se te va a cabar la estancia. pasadlo bien. dale saludos a ambos ;)
De tu parte, casidoctor :-)
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