El anuncio, pegado en fachadas de todo el barrio y que apareció también un día en mi buzón, dice así: “¡NOS VAMOS DE CAPEA! Después del éxito de la anterior edición, X Inmobiliaria vuelve a celebrar una fiesta en el campo, el domingo 27 de abril, para disfrutar de una barbacoa y de una gran capea para que, si lo desea, pueda torear unas vaquillas. En las Inmobiliarias X, situadas en la calle Tal, podrá recoger su invitación, (sujeta a disponibilidad) que incluye gratuitamente la comida y la capea. Únicamente correrá de su cuenta la bebida, que se ofrecerá allí, y el transporte. X Inmobiliaria le entregará un plano de ubicación de la finca, situada en El Escorial, para que acceda fácilmente. También se ha previsto un servicio de autobuses con salida desde la Inmobiliaria. Fulano de Tal, de X Inmobiliaria espera saludarle personalmente”Lo releí varias veces, incrédulo de que se pudiese organizar una capea para una promoción comercial, como quien monta una excursión a la playa. E incrédulo lo comenté con Menganito: “...¿Qué cosa más original, no?” “Hombre, no tanto; yo ya he estado en varias capeas, en fiestas de padres del cole y cosas así...” Y me lo dices así, sin más... Ahí sí que ya se me rompieron los esquemas; pues va a ser verdad, que aquí todo el mundo torea antes de andar, que estamos realmente en el país de los toros y yo sin darme cuenta; olé olé... Ya el colmo llegó cuando, desde entonces, raro es ir por la carretera y que no vea que alguno de los típicos carteles de “Bodas, Bautizos y Comuniones” incluya una segunda C, la de Capeas. Desde luego, nada como venir a Madrid para quitarse el pelo de la dehesa...
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