Mi piso en Madrid es menos que pequeño, y yo no tengo ni ganas ni maña para la cocina; pero una cosa sí, se desayuna la mar de bien. Por eso, a falta de algo mejor, cuando quiero tener algún detalle con alguien le invito a desayunar: y ayer vino Rita a desayunar a casa.
Rita, que nos deja el martes para volverse a Portugal, ha sido mi compañera de laboratorio durante un par de meses; prácticamente todo el tiempo que llevo trabajando en la Tesis. Estudiamos ambos lo mismo, las distintas variedades de hemosporidios de las aves; sólo que yo me centro en la curruca capirotada y ella en pájaros de carrizal. Trabaja en Lisboa y ha pasado este tiempo realizando los análisis moleculares de sus muestras de sangre.
Rita ha sido una compañera de trabajo ideal: Ha soportado estoicamente mis bromas acerca de las toallas portuguesas y mis risas cada vez que ella reinventaba el castellano a su manera; no se ha quejado en ninguna de las ocasiones en que la he dejado sola con sus muestras por causa de cursos, clases o pereza; y tantas otras cosas que ahora se me escapan...
Podría colgar ahora un fado (cantar un fado es muy fácil; sólo hay que alargar en siete golpes la última sílaba de cada frase...) de YouTube para expresar mi desgarro ante la perspectiva de trabajar solo de ahora en adelante, pero no lo haré; primero porque no me voy a quedar solo, que enseguida vendrá Sofía (mi otra compañera de Tesis) a analizar sus ácaros conmigo, y segundo porque Rita seguirá volviendo un par de meses cada año a analizar las otras muestras que vaya obteniendo. Por eso, porque tal desgarro no existe, sí subiré un vídeo que recoge lo más granado de la lírica lusitana y de la alegría de vivir de nuestros vecinos ibéricos: Os dejo con Quim Barreiros y su archiconocida Cabritinha, que tanto éxito ha cosechado en nuestras verbenas veraniegas...
Rita, que nos deja el martes para volverse a Portugal, ha sido mi compañera de laboratorio durante un par de meses; prácticamente todo el tiempo que llevo trabajando en la Tesis. Estudiamos ambos lo mismo, las distintas variedades de hemosporidios de las aves; sólo que yo me centro en la curruca capirotada y ella en pájaros de carrizal. Trabaja en Lisboa y ha pasado este tiempo realizando los análisis moleculares de sus muestras de sangre.
Rita ha sido una compañera de trabajo ideal: Ha soportado estoicamente mis bromas acerca de las toallas portuguesas y mis risas cada vez que ella reinventaba el castellano a su manera; no se ha quejado en ninguna de las ocasiones en que la he dejado sola con sus muestras por causa de cursos, clases o pereza; y tantas otras cosas que ahora se me escapan...
Podría colgar ahora un fado (cantar un fado es muy fácil; sólo hay que alargar en siete golpes la última sílaba de cada frase...) de YouTube para expresar mi desgarro ante la perspectiva de trabajar solo de ahora en adelante, pero no lo haré; primero porque no me voy a quedar solo, que enseguida vendrá Sofía (mi otra compañera de Tesis) a analizar sus ácaros conmigo, y segundo porque Rita seguirá volviendo un par de meses cada año a analizar las otras muestras que vaya obteniendo. Por eso, porque tal desgarro no existe, sí subiré un vídeo que recoge lo más granado de la lírica lusitana y de la alegría de vivir de nuestros vecinos ibéricos: Os dejo con Quim Barreiros y su archiconocida Cabritinha, que tanto éxito ha cosechado en nuestras verbenas veraniegas...
1 comentario:
Un poco rarita la decoración del ventanal de vuestros laboratorios ¿no?. xD
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