17/10/11

Un día en el zoo

Pues eso, que para aprovechar el domingo, inusitadamente soleado y tranquilo, nos fuimos los tres ayer a dar una vuelta por el Zoo de Edimburgo. No es excesivamente grande, ni tampoco moderno; pero al menos se ve que se esfuerzan por hacer de él el mejor lugar posible para los animales de su colección, sacrificando muchas especies “imprescindibles” a favor de aquellas menos habituales, o con mayor interés conservacionista.
Y de entre esas especies destacadas, sin duda mi preferida fue el estornino de Bali Leucopsar rothschildi, una especie prácticamente extinguida que jamás hubiera soñado con ver aquí. No solo es un bicho tremendamente atractivo de aspecto, sino que además resultaron ser tremendamente cómicos: la pareja que tenían en un aviario se dedicaba a alborotar continuamente, siguiéndose de rama en rama con acrobacias que más parecían de mono que de ave... realmente encantadores.


Otro animal fascinante que no se suele ver en zoos: un puercoespín arborícola norteamericano Erethizon dorsatum. Cuesta creer que semejante cosa fofa pueda vivir encaramada a las ramas; pero allí estaban los tres que había tan contentos, subidos en unos pinos... El de la foto bajó del árbol delante de nosotros; paso a paso, con el culo primero... ¿para qué apresurarse, si el suelo no se va a mover de ahí donde está?


Adorables eran también estas nutrias enanas Aonyx cinerea; las más pequeñas de todas, que se mueven en grupos familiares. Mientras que muchos animales en los zoos, particularmente los carnívoros, resultan un tanto decepcionantes para el vulgo por pasarse el día durmiendo (normal, si son nocturnos); estas atraían al público como un imán delante de su recinto, que recorrían de un lado para otro, haciendo payasadas, llamándose con grititos agudos y abrazándose con una ternura increíble.


Y mi último animal favorito, un cerdo rojo de río Potamochoerus porcus. No sabría decir qué me gusta más: si el color rojo como de barro del cuerpo, si el cabezón pintado como si fuese un ídolo oriental o si los larguísimos penachos de las orejas.


Aunque los animales estrella del zoo son los pingüinos; principalmente los pingüinos Juanito Pygoscelis papua, que les crían como gallinas. La gran piscina donde estaban permitía también verles bucear; como si volaran bajo el agua.


Y para rematar, un sakí cariblanco Pithecia pithecia.

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