15/9/08

Pectorales por todas partes...

Tras el número inusualmente alto de cernícalos patirrojos migrantes que se presentaron en la Península entre abril y mayo (1, 2), este paso postnupcial estamos viviendo otra “invasión” de una especie poco habitual; bienvenida sea.
El correlimos pectoral Calidris melanotos es la menos rara de las rarezas españolas. Esta limícola cría en las latitudes boreales norteamericanas y de Siberia oriental, e inverna en Sudamérica, el Sudeste Asiático y Australia. Es una especie menos costera que otros de sus parientes congenéricos, presentándose frecuentemente en humedales dulceacuícolas del interior. Según de Juana (2006), era una especie bastante rara en Europa hasta mediados del S. XX, cuando comenzó a presentarse con una frecuencia cada vez mayor. Paralelamente, el patrón de citas observado difería bastante del que presentan otras muchas rarezas americanas, pues aparecían bastantes individuos dispersos por Europa Oriental; y en países como el Reino Unido, donde la abundancia de observadores hace que se registren correctamente muchas de las rarezas que llegan, abundaban más las citas en el este que en el oeste del país, todo esto contrariamente a lo que cabría esperar de aves que llegasen desde Norteamérica cruzando el Atlántico...
La solución llegó hace poco: una serie de expediciones científicas descubrieron que el área de cría de esta especie había experimentado una expansión hacia el oeste considerable, llegando ya casi casi hasta el Paleártico Occidental. Estas aves, que hasta la fecha migraban hacia el este, estarían comenzando a desarrollar una nueva ruta migratoria occidental, pasando a través de toda Europa hacia las costas tropicales africanas, donde invernan muchas de nuestras limícolas y aves marinas. De hecho, los correlimos pectorales aparecen muchas veces en compañía del correlimos zarapitín Calidris ferruginea, que cría por toda Siberia y, éste sí, ha migrado “desde siempre” hacia el oeste. Muchas veces se tilda a los buscadores de rarezas de “frikis”, que no aportan nada al conocimiento científico de las aves, pero es la acumulación de citas bien documentadas la que con el tiempo permite constatar, como en este caso la aparición de patrones emergentes...
Y llegamos al caso que nos interesa: Desde que se registran las rarezas en nuestro país y hasta 2004 llevamos un total de 149 registros homologados (correspondientes a 163 aves) de correlimos pectoral (de Juana, 2006). Pero sólo en 2008, desde julio hasta ahora, son ya 36 los ejemplares que se han dejado ver en buena parte de España, la mayoría (cosa que ya no sorprende) en Cataluña y la Comunidad Valenciana (más datos aquí). ¿Y a dónde quiero llegar con este texto tan largo? A que este fin de semana Javi y yo esperamos salir de “cacería” :-); a ver si hay suerte...

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