Si tuviese que escoger algún personaje de los Evangelios que representase mi estado corporal tras pasar un domingo en casa, me quedaría sin duda con el ternero de la parábola del hijo pródigo...
1 comentario:
Anónimo
dijo...
Hummm... Pero el pobre animal acabó mal, sacrificado, ¿no?
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Hummm... Pero el pobre animal acabó mal, sacrificado, ¿no?
Espero que no fuera tu caso, anoche.
Un saludo.
F.
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