Supongo que era demasiado pedir que el sol que nos recibió el miércoles aguantase con las mismas ganas durante lo que nos queda de estancia (o, al menos, en lo que queda de verano); pero en cualquier caso la lluvia que cayó ayer, fina y perezosa, no asustaba a nadie... Bajo la lluvia nos acercamos ayer por vez primera al centro de la ciudad; no con motivo turístico, sino administrativo. Pero en cualquier caso, y como uno tiene ojos en la cara, salta a la vista lo bonita que es la ciudad.
Por la tarde en el Instituto de Biología Evolutiva (el sitio donde trabajamos aquí; IEB de ahora en adelante) tuvo lugar el acto de presentación de nuevos becarios pre- y postdoctorales; y allí que fuimos. Más que un acto oficial fue una cuchipanda como las nuestras, seguida luego de cena en la ciudad. Aunque con el barullo de tantas voces y acentos distintos apenas fui capaz de seguir ninguna conversación, estoy bastante satisfecho de nuestra presentación en sociedad. Con preguntar a todos otra vez sus nombres el lunes está hecho.
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