Pese a que estuve todo el día empeñándome en ponerme nervioso, lo cierto es que ayer todo fue como la seda: Llegamos todos con tiempo de sobra a Barajas; Jaime, Sofía y yo. Betania*, el avión de EasyJet en el que volamos a Edimburgo, aterrizó incluso con adelanto, de forma que aún pudimos comer los tres juntos antes de que Jaime se fuese a Saint Andrews. Y fuera, aunque con algo de viento, lucía un sol esplendoroso. Recogimos las llaves en la agencia y entramos por fin a nuestra nueva casita: muy cuca, muy como en las fotos; todo perfecto salvo por un pequeño detalle que ya os comentaré otro día... pero bueno, apenas hubo que limpiar un poquillo para dejarla totalmente a nuestro gusto. Y la zona, perfecta para vivir: llena de supermercados y tiendas de todo género; prácticamente en el centro, pero cerca también del que será nuestro lugar de trabajo. Hoy a las dos nos espera nuestra nueva jefa; ya os contaré qué tal...
* Lo de Betania va porque los auxiliares de vuelo se llamaban Jesús, Marta y María. Y yo, que iba más muerto que vivo, bien podía pasar por Lázaro...
* Lo de Betania va porque los auxiliares de vuelo se llamaban Jesús, Marta y María. Y yo, que iba más muerto que vivo, bien podía pasar por Lázaro...
2 comentarios:
Pasadlo bien ambos!!
Ya nos contareis vuestras peripecias por tierras norteñas!
Un saludo
Hazte follower; y así ya "te las iré contando" a diario :-p ¡Que disfrutéis los días que os quedan a vosotros en España!
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