El sábado por la tarde quedé con RaúlRI, un compañero del colegio mayor que, tras acabar Hª del Arte, cursa ahora estudios de dirección artística en Madrid. Comenzamos yendo a visitar a Conde-Duque (hacía ya la tira que no venía aquí) una exposición sobre la transición en España desde el Antiguo Régimen hasta la democracia parlamentaria a través del turbulento S. XIX, cuando el revolucionarse parecía ser en España un pasatiempo tan popular como los toros. Cuadros (muchos retratos), recortes de prensa, instalaciones con muebles y trajes de época. Y muchas “calles de Madrid”: Donoso Cortés, Príncipe de Vergara, Bravo Murillo… Si os apetece ir a verla llegáis tarde ya; cerró el domingo.
Tras salir, y aprovechando que la lluvia nos daba un respiro, nos acercamos hasta el todavía no reinaugurado tras su reforma parque del Emir Mohammed I, junto a la Almudena, preparado como escenario para mejor lucimiento de los restos más completos de la muralla árabe original de Madrid. Es una esquina muy cuca que, sinceramente, espero que no reabran nunca al público, porque se observa todo de maravilla desde arriba (donde además han colocado los paneles explicativos) y, visto el lugar en el que está, me temo que degenere muy pronto de nuevo en un meódromo de categoría.
Antes de que la lluvia nos empujase de nuevo a un bar cualquiera para poner fin a la jornada, todavía nos cruzamos por los que se manifestaban a favor de la IIIª república: Por desgracia todo lleno de odiosas estrellas rojas marxistas cuyos abanderados recién parecían haber concluido la transición del biberón al botellón; así tarde los mandamos de vuelta a Estoril…
Tras salir, y aprovechando que la lluvia nos daba un respiro, nos acercamos hasta el todavía no reinaugurado tras su reforma parque del Emir Mohammed I, junto a la Almudena, preparado como escenario para mejor lucimiento de los restos más completos de la muralla árabe original de Madrid. Es una esquina muy cuca que, sinceramente, espero que no reabran nunca al público, porque se observa todo de maravilla desde arriba (donde además han colocado los paneles explicativos) y, visto el lugar en el que está, me temo que degenere muy pronto de nuevo en un meódromo de categoría.
Antes de que la lluvia nos empujase de nuevo a un bar cualquiera para poner fin a la jornada, todavía nos cruzamos por los que se manifestaban a favor de la IIIª república: Por desgracia todo lleno de odiosas estrellas rojas marxistas cuyos abanderados recién parecían haber concluido la transición del biberón al botellón; así tarde los mandamos de vuelta a Estoril…
1 comentario:
Jojojo. Muy gráfico el último párrafo.
JPato
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