Ayer por la mañana me acerqué a Cosmocaixa (en Alcobendas) a pasar la mañana con vero y con Jorge. Cosmocaixa es un "museo científico", al estilo de la Domus o la Casa de las Ciencias de Coruña; de esos que pretenden que la gente comprenda el medio natural realizando experimentos que nadie entiende porque no se paran a leer los carteles que los acompañan y que suelen estar rotos porque los niños se dedican a aporrear botones y vitrinas... En su descargo diré de éste en concreto que casi todo funcionaba.
Sin embargo el objetivo principal de nuestra visita era ver la que hoy por hoy es la mayor muestra de fósiles de dinosaurios del país: Dinosaurios: Tesoros del desierto del Gobi, que estará abierta hasta enero de 2011, recoge 43 piezas fósiles (entre esqueletos completos, fragmentos y huevos) recogidas en Mongolia desde la fabulosa serie de expediciones iniciadas por Roy Chapman Andrews en 1922 en adelante. Es una ocasión única para contemplar, entre otras cosas, dos esqueletos completos montados de Tarbosaurus bataar, el mayor tiranosáúrido asiático; a Big Momma, el oviraptórido Citipai osmolskae fosilizado mientras incubaba en su nido; o los alucinantes brazos (¡los auténticos!) del Deinocheirus mirificus, que invitan a soñar con cómo sería el resto del animal... Gallimimus bullatus, Anserimimus planinychus, Protoceratops andrewsi, Psittacosaurus mongoliensis... Nombres de "amigos de la infancia" que vuelven a la vida uno tras otro se suceden sin pausa en la exposición. Huelga decir que, aunque mi etapa dura de los dinosaurios queda cada vez más atrás allá en mi niñez, disfruté realmente como un enano. Una visita más que recomendable...
Sin embargo el objetivo principal de nuestra visita era ver la que hoy por hoy es la mayor muestra de fósiles de dinosaurios del país: Dinosaurios: Tesoros del desierto del Gobi, que estará abierta hasta enero de 2011, recoge 43 piezas fósiles (entre esqueletos completos, fragmentos y huevos) recogidas en Mongolia desde la fabulosa serie de expediciones iniciadas por Roy Chapman Andrews en 1922 en adelante. Es una ocasión única para contemplar, entre otras cosas, dos esqueletos completos montados de Tarbosaurus bataar, el mayor tiranosáúrido asiático; a Big Momma, el oviraptórido Citipai osmolskae fosilizado mientras incubaba en su nido; o los alucinantes brazos (¡los auténticos!) del Deinocheirus mirificus, que invitan a soñar con cómo sería el resto del animal... Gallimimus bullatus, Anserimimus planinychus, Protoceratops andrewsi, Psittacosaurus mongoliensis... Nombres de "amigos de la infancia" que vuelven a la vida uno tras otro se suceden sin pausa en la exposición. Huelga decir que, aunque mi etapa dura de los dinosaurios queda cada vez más atrás allá en mi niñez, disfruté realmente como un enano. Una visita más que recomendable...
5 comentarios:
Qué pena no tener una fotillo del "manitas" para esta entrada...
Por cierto, ya tienes "la tuya" en mi blog.
Besos
Puedes ver la foto en el enlace... :-) Además no creo que nos dejasen subir y hacérnosla dándole la mano o algo así...
hey!, yo también quiero ver los aquasarious.
bjs
Hola Antón, soy un biólogo y pajarero de Málaga (no becario). Llevo tiempo siguiéndote casi a diario. Solo ahora me he atrevido a escribirte para darte la enhorabuena por el blog (ambos blogs). Un saludo y ánimo con tu tesis, que está muy interesante.
PD el mejor libro de dinos en español para mí es la enciclopedia de Susaeta de 15 e ;-) Fantastico!!!
Un saludo, Josemi
Hola Josemi :-)
Pues un saludo, hombre; encantado de tener por aquí gente que le lee a uno, que al fin y al cabo es de lo que se trata. Podrías haber comentado antes también, que (por el ordenador al menos) no muerdo... :-)
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