Bueno, qué duro es esto de volver al trabajo... En fin, vamos a hacer algo de memoria de estos días pasados :-) Después de comer, Javi y yo dejamos un Vilar de Barrio que empezaba a remojarse con una incipiente tormenta camino de Cariño, al pie de cabo Ortegal. Por el camino, nos desviamos ligeramente hasta la playa de Sartaña, en Cobas, cerca de Ferrol. Llevaba viéndose allí desde hace unos días un andarríos maculado Actitis macularius; el equivalente americano de nuestro andarríos chico A. hypoleucos. Al llegar a la playa, que iba ya vaciándose de bañistas, nos encontramos con un famoso fotógrafo de aves, Miguel Rouco; estaba allí desde hacía un par de horas con otro fotógrafo igualmente famoso (Juan Sagardia) y no había ni rastro del ave... Y, no bien dijo esto, apareció volando entre unas piedras; esto sí que es chegar i encher... Tras entretenernos un rato con el bicho, continuamos viaje. Llegados a Cariño, y pese a que una señoras se empeñaron en que nos perdiésemos con sus indicaciones, acabamos encontrando el Hotel Cantábrico (muy recomendable); cena y a la cama.
A la cama, porque el Aula do Mar salió del puerto a eso de las 6:30. El viento de nordés no era el mejor para la observación de aves marinas y el día, pese al chum, tardó bastante en animarse; de forma que por momentos parecía que iba a ser una gran kk en lo que a observaciones se refiere. Sin embargo poco a poco fueron cayendo las aves, y finalmente aparecieron todas las especies emblemáticas, dejándose ver además todas muy bien, salvo el págalo rabero Stercorarius longicaudus (que se me queda para otra ocasión). Como no disponía yo de cámara, y además no hubiese sacado nada decente, os enlazo a las páginas personales de Rouco y Sagardia, que iban también en el barco.
A la cama, porque el Aula do Mar salió del puerto a eso de las 6:30. El viento de nordés no era el mejor para la observación de aves marinas y el día, pese al chum, tardó bastante en animarse; de forma que por momentos parecía que iba a ser una gran kk en lo que a observaciones se refiere. Sin embargo poco a poco fueron cayendo las aves, y finalmente aparecieron todas las especies emblemáticas, dejándose ver además todas muy bien, salvo el págalo rabero Stercorarius longicaudus (que se me queda para otra ocasión). Como no disponía yo de cámara, y además no hubiese sacado nada decente, os enlazo a las páginas personales de Rouco y Sagardia, que iban también en el barco.
Ya en tierra, y después de comer, salimos hacia las lagunas de Riocaldo (Begonte, Lugo), a intentar tachar el zampullín picogrueso Podylimbus podiceps que dejamos pasar en febrero. Nada más llegar a la laguna coincidimos con unos ornitólogos locales, que muy amablemente se prestaron a cubrir la zona desde otro ángulo. Al rato, nos llaman al móvil para decirnos que el bicho nadaba hacia nosotros, que enseguida lo veríamos aparecer... Gran alegría, claro, pero... El bicho no apareció en las tres horas que estuvimos esperando; maldito él... Entremedias aparecieron ¿os imagináis quiénes? Rouco y Sagardia. No vieron al bicho, pero sacaron fotos curiosas de una barnacla canadiense Branta canadensis que también estaba en la laguna (es una especie introducida en Europa que ya había visto en Francia, pero que constituyó el noveno bimbo para la lista española del viaje)... Y mañana más, del antes y después de este frenético fin de semana de recorridos por Galicia.
2 comentarios:
Genial, genail, pero espero ansiosa una buena entrada de este fin de semana sorpresivo!
A su tiempo, a su tiempo... ¡Si aún no he acabado con el fin de semana pasado! :-D Pero gracias por el interés; espero que te guste la de hoy, que está llena de fotos...
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