Como dice la canción (muchas, vaya), por fin ha llegado el viernes. Y, con el viernes, me he venido yo a Orense, para arreglar diversos asuntos, ver a Javi y también, cómo no, a haceros algo de caso, queridos lectores. Estos días en la aldea han pasado sin pena ni gloria; pero no me he aburrido, ojo, que no he parado de hacer cosas: Leer, tanto material científico como la pobre Eneida, que la empecé en Semana Santa y no acabo de terminarla; hacer el oído al inglés de cara a Suecia viendo en su lengua original los documentales de sir David que me trajeron los Reyes y la serie original de Brideshead revisited que, efectivamente, calca bastante bien la espléndida novela en que se basa; algo de pajareo (sin moverme mucho de casa, eso sí)...
Pero bueno, necesitaba airearme un poco para quitarme 40 años de encima, que en la aldea, rodeado de venerables, es fácil fosilizarse. Venga pues, ¡me voy a la calle!
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