11/2/09

Infiel

Infiel, porque éste se ha inclinado decididamente hacia el lado que no debía... Hace un rato, mientras estábamos comiendo, me quejaba otra vez (es uno de los temas recurrentes de mis conversaciones; seguro que ya harto) de lo mucho que he cambiado para peor en algunos aspectos (que no pienso detallar aquí; vosotros los conocéis mejor que yo) desde que he venido a Madrid. Sin venir mucho a cuento, y haciendo referencia a cuando en verano estuvimos anillando en Barrio, Sofía me dijo que yo ya venía malo de fábrica, que mandaba callar a mi madre con muy malos modos (y me temo que es cierto). Y al tratar de defenderme, salió el bicho:

“¡Pues seguro que antes de venir a Madrid no la mandaba callar...!”

Me callé al instante, aterrado; pero el daño ya estaba hecho. Un “la” como una casa, bien plantado, en medio de la frase. Bueno, pues ya está, reconozcámoslo; ya he cruzado la última frontera... Próxima estación (léase con voz de señorita del Metro): Ejperanza.