11/8/08

Fin del trabajo de campo

Iván, Sofía, JPT y un servidor a las afueras de Pradoluengo (Burgos)
Ya está; ya se ha terminado el campo por este curso. Me habría gustado dedicarle un mes entero, y no sólo estos 20 días; pero la verdad es que uno acaba baldado, y no me va a sentar nada mal descansar ahora un poquillo...
Os escribo ya desde la casa de la aldea, junto al telescopio, que mira nostálgico por la ventana abierta las huertas, labrantíos y setos de Vilar de Barrio, soñando con mayores empresas que las de enfocar pardillos y colirrojos (no te quejes; desde esta ventana has visto cosas bien bonitas...). Tras Vitoria estuvimos otros dos días en Laredo y alrededores, con un resultado bastante pobre en cuanto a capturas pero no en cuanto a contacto humano, pues tuvimos la ocasión de ser recibidos por las familias de Iván y de Pepe (en cuyo jardín, ante la mirada curiosa de sus cinco hijos, esposa y dos cuñadas, capturamos y procesamos dos de las escasas diez currucas cántabras). Tocó después El Bierzo, y en Molinaseca (junto a Ponferrada) descubrimos el paraíso: Un hotel de lujo donde nos cobraron una miseria por hacernos tarifa de empresa, un pueblecito precioso con un río en el que bañarse y, sobre todo, un soto mágico, con docenas (literalmente) de currucas que caían en nuestras redes como churros. Finalmente, el martes pasado llegamos aquí, y entre ese mismo día por la tarde y el miércoles por la mañana conseguimos completar también la localidad. Tenía yo ganas de anillar aquí para ver si aparecía alguna novedad, y efectivamente sumé tres especies a la lista del pueblo (una nueva para mí además); nunca se acaba de descubrir lo que tiene uno a la puerta de casa...
No sé por qué, el año pasado conseguía conectar el portátil a Internet en la aldea y éste no; esta entrada la publico hoy desde Orense. Así que para actualizar este blog en lo que queda de mes dependeré de que pueda conseguir conexión de alguna manera. En fin, nos vemos de nuevo cuando Dios quiera :-)


¡No dispare, que soy un peti edad 3, muy joven para morir!

Y os dejo con una “foto misteriosa”, que los lectores asiduos del blog identificaréis sin ninguna dificultad... ¿Quién, tras haberme enseñado hace años sólo su cabeza, dejó ver no sólo su cuerpo como en la foto, sino todo su ser? ¿A quién pertenecen esas infracoberteras caudales tan largas y de centro oscuro?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola! Creo que mis padres me han hablado del hotel al que fuiste, esta muy cerca de la fábrica de botillos y chorizos de Molinaseca no? Imagino que no habrá muchos hoteles asi por alli...

El pollino de la foto me recuerda a una buscarla pintoja, pero me parece un poco pronto para que aparezcan por alli, ya que en León es migrante...

En fin, cuidate Antón!

Julio Merayo

www.tetrax.sekano.org

Antón Pérez dijo...

Hola Julio :-)
Pues sí, ése debe de ser el hotel, aunque fábricas de embutidos por allí hay bastantes...
Y efectivamente, la foto ilustra el trasero de un pollo de buscarla pintoja. Respecto a si es un individuo migrante o nacido en la zona... Pues no lo sé. Por hábitat podría ser, desde luego, pero la verdad es que ya son bastantes años de estar en la aldea y que nunca las había visto; además el bicho tenía algo de grasa y músculo (2-3 ó 3-3; no recuerdo), desde luego más que los pollos de cualquier otra de las otras especies migrantes que sí que crían por allí... En fin, en primavera l año que viene me fijaré más, a ver si las oigo cantar.
Un saludo; disfruta del verano ;-)