4/10/07

Culling, ergo sum

Uno de los muchos temas con los que trabaja mi grupo es el del estudio de los efectos de los descastes (o culling). En términos de manejo de poblaciones de animales, se denomina descaste a la eliminación de los ejemplares “sobrantes” de una población: Un ejemplo clásico sería el control de una especie depredadora que afecta muy negativamente a otra especie amenazada.
En España, e impulsados por las Consejerías de Medio Ambiente correspondientes, se han efectuado muchas veces descastes de gaviotas patiamarillas basándose en supuestos efectos negativos sobre las colonias de otras aves acuáticas. Y digo supuestos porque muy pocas veces ha habido estudios previos que manifestasen la oportunidad de llevar a cabo el descaste; y hay aún menos trabajos que investiguen el efecto que tales descastes han tenido. Y aquí entramos nosotros... Con resultados curiosos muchas veces, tales como que el efecto depredador de las gaviotas no era ni mucho menos tan grave como se pensaba (pero siempre viene bien tener una cabeza de turco que desvíe la atención de problemas de contaminación o urbanismo que es preferible no airear mucho). O, que en colonias de p. ej. 1000 ejemplares donde se mataban 100, los huecos libres actuaban a modo de “reclamo” para las aves sin territorio; y al año siguiente había 1200.
Os vais a reír. Esta entrada se me ocurrió mientras pensaba que, si bien en Santa Pagèsa no dejan de enterrar gente; no parece que haya menos viejos por la calle...

2 comentarios:

Ángel Ruiz dijo...

Mira qué texto y que poema más chulos.

Antón Pérez dijo...

Gracias :-); me temo que he disfrutado más con la prosa que con la lírica...