A lo largo y ancho del mundo, muchas especies de plantas se sirven de las aves para dispersar sus semillas. Y no hace mucho que científicos de Canarias descubrieron que varias plantas de las islas Afortunadas introducen un curioso paso intermedio en el proceso: los lagartos. Como en tantas otras regiones, los lagartos canarios tienen un gusto especial por las bayas, y consumen muchos frutos, tragando también las semillas. Y por otra parte, los lagartos son parte fundamental en dichas islas de la dieta de dos aves depredadoras: el cernícalo vulgar y el alcaudón real. Al dar caza e ingerir sus presas se llevan también la carga de semillas, contribuyendo así a diseminar los propágulos de plantas cuyos frutos de otro modo no consumirían. Y ahora que ya sabéis la historia, podéis ver un montón de buenas fotos en este enlace que me ha pasado Tania; muchas gracias otra vez :-)
3 comentarios:
Un asunto interesante (y unas fotos magníficas las del link).
Pero solo con la dispersión por los lagartos las plantas se darían por "satisfechas",¿no? Lo de las aves es una grata casualidad (para las plantas, no tanto para los lagartos).
¿Se darían por satisfechas? Difícil pregunta, si se la hacemos a una planta, ¿no? :-) Hombre, en principio de lo que se trata es de llegar cuanto más lejos mejor, y en ese sentido el área de campeo de un ave es mayor que la de un lagarto...
Si.. con "darse por satisfechas" me refería a que la evolución ha podido seleccionar aquellos frutos que fuesen más suculentos para los lagartos,pero me parece ya demasiado retorcido que la selección natural favoreciese a aquellas plantas con frutos más apetitosos para los lagartos que sean más apetecibles para las aves... ¿no?
Aunque bueno, nada impide que sea todo lo retorcido que quiera. :)
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