3/7/11

De tarde en tarde, un imago

Comentaba el otro día de pasada, al hablar de los lucánidos, que sus larvas podían pasar varios años creciendo antes de transformarse en adultos (o imagos, por hablar con propiedad). De hecho esta es la norma entre los insectos: que el estadio adulto, “el que aparece en las guías”, sea muchas veces una mera anécdota del ciclo vital de unos eternos niños... niños como los que cada vez abundan más; larvas lloronas y sin vértebras (como los gallegos de Vighi) incapaces de madurar a sus muchos años... en fin. Volviendo al tema, los reyes en esto de los ciclos vitales con etapas juveniles inusualmente largas son las cigarras; y en concreto las norteamericanas del género Magicicada, capaces de pasarse hasta 17 años enterradas chupando savia de las raíces; y siempre 17. Como distintas poblaciones maduran asincrónicamente entre años, acaban por poderse distinguir especies separadas solamente por su año de emergencia... pero veamos qué tiene que decir al respecto Sir David (en un vídeo, por cierto, muy gracioso).

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