Bonito, ¿eh?
Ayer a media tarde me llamaron para decírmelo, y por la noche ya había fotos colgadas de la web. La cara que se me quedó debió de ser antológica: no bien acabo de volverme de Orense, creyendo que dejaba el listón de rarezas más que alto con el porrón acollarado, que van y descubren nada más ni nada menos que un adulto de calamoncillo africano Porphyrio alleni ¡en el Parque Miño, prácticamente en medio de la ciudad! Y esto es algo raro, raro, raro...
El calamoncillo africano vive en zonas pantanosas de toda África tropical, y hay citas sueltas del mismo por bastantes países de Europa. Hay más en Canarias, como una decena, a donde llegan sobre todo ejemplares juveniles “atrapados” en medio de borrascas (el último, este diciembre, en Maspalomas), que llegan además medio tocados y suelen morir de agotamiento... En la Península hay otro par de citas similares.
Pero una cosa es que aparezca un bicho agotado en una playa de Canarias después de una borrasca; y otra que un adulto, en aparentemente perfecto estado, aparezca correteando por un parque en medio de una ciudad, como una paloma. Recuerda a uno que apareció hace dos inviernos en Doñana (podéis leer su curiosa historia aquí). Hombre, a veces los rálidos pueden ser muy confiados (recuerdo darle de comer casi de la mano a una focha moruna Fulica cristata en S’Albufera); y por lo visto éste tiene el plumaje en buen estado y no está anillado... A saber.¿Y ahora qué hago? ¿Me subo a Orense otra vez este finde? ¿Montamos un GTT 2? ¿Me espero hasta la boda? Te digo yo lo que va a durar una gallina azul en un parque que este fin de semana se verá asaltado por hordas de descerebrados con monos azules “celebrando el Carnaval”... Dichoso bicho y dichoso vicio; qué dolores de cabeza da.
El calamoncillo africano vive en zonas pantanosas de toda África tropical, y hay citas sueltas del mismo por bastantes países de Europa. Hay más en Canarias, como una decena, a donde llegan sobre todo ejemplares juveniles “atrapados” en medio de borrascas (el último, este diciembre, en Maspalomas), que llegan además medio tocados y suelen morir de agotamiento... En la Península hay otro par de citas similares.
Pero una cosa es que aparezca un bicho agotado en una playa de Canarias después de una borrasca; y otra que un adulto, en aparentemente perfecto estado, aparezca correteando por un parque en medio de una ciudad, como una paloma. Recuerda a uno que apareció hace dos inviernos en Doñana (podéis leer su curiosa historia aquí). Hombre, a veces los rálidos pueden ser muy confiados (recuerdo darle de comer casi de la mano a una focha moruna Fulica cristata en S’Albufera); y por lo visto éste tiene el plumaje en buen estado y no está anillado... A saber.¿Y ahora qué hago? ¿Me subo a Orense otra vez este finde? ¿Montamos un GTT 2? ¿Me espero hasta la boda? Te digo yo lo que va a durar una gallina azul en un parque que este fin de semana se verá asaltado por hordas de descerebrados con monos azules “celebrando el Carnaval”... Dichoso bicho y dichoso vicio; qué dolores de cabeza da.
4 comentarios:
je, mira tú q bien. Igual me paso por el Miño a verlo. Si tal ya te comentaré ;D.
Sí, preocupa un poco lo de los cazurrillos de esos días. pero no creo que sea el sitio por el cual pasen con más probabilidad.
Oye, pues me molaría que te pasases y me dijeras algo, la verdad :-)
Hola meu soy el observador de la discordia, un novato en esto de los blog, lo cierto es que el bicho taba muy confiado y no debe descartarse un escape desde luego, la cara que se me quedo a mi no te la puedes imaginar, sobre todo cuando yo no soy un gran buscador de rarezas precisamente.
Tú debes de ser Alberto entonces; pues enhorabuena, hombre, que escapado o no un bicho así no se ve todos los días :-)
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