Antes de comer, recibí una llamada de Álex. Conocí a Álex en 4º de carrera, cuando él estaba todavía comenzando en el mundillo de las aves; y ahora me adelanta de calle. y yo encantado, la verdad, que hacen falta en Galicia muchos ornitólogos buenos y motivados... El caso es que según me empezaba a hablar, con mucho misterio, de que se había acercado al Miño por la mañana, instantáneamente supe lo que me iba a decir: el macho de porrón acollarado Aythya collaris que apareció a finales de febrero a 500 m. de mi casa estaba allí de vuelta. Le colgué, me vestí, y antes de que nadie tuviese tiempo de abrir la boca estaba camino del río. En febrero me lo había perdido, y mi nerviosismo ante la posibilidad de que ya no estuviese allí crecía por momentos, al revisar infructuosamente el tramo de río donde se suponía que debía estar... Pero finalmente lo vi, integrado en un grupo de 7 porrones moñudos Aythya fuligula. Y, satisfecho, me fui a comer.
Era el 2º que veía, pero aquella hembra en As Forcadas, lejísimos, bajo la lluvia, que taché más por rabia que por convicción hace casi cuatro años no me supo a nada; así que, pertrechado con el telescopio y acompañado de Javi (que ya ha escrito su propia entrada sobre este día), volví por la tarde al río, y pudimos disfrutar del pato a placer, mientras varios paseantes nos miraban recelosos, con ganas de preguntarnos qué hacíamos pero sin atreverse a dar el paso final. Le hice muchísimas fotos, todas horribles; y el vídeo de arriba, algo más decente y que permite además compararlo con el porrón moñudo, su pariente más cercano. Al final ha servido para algo traerse a Carlos...
Era el 2º que veía, pero aquella hembra en As Forcadas, lejísimos, bajo la lluvia, que taché más por rabia que por convicción hace casi cuatro años no me supo a nada; así que, pertrechado con el telescopio y acompañado de Javi (que ya ha escrito su propia entrada sobre este día), volví por la tarde al río, y pudimos disfrutar del pato a placer, mientras varios paseantes nos miraban recelosos, con ganas de preguntarnos qué hacíamos pero sin atreverse a dar el paso final. Le hice muchísimas fotos, todas horribles; y el vídeo de arriba, algo más decente y que permite además compararlo con el porrón moñudo, su pariente más cercano. Al final ha servido para algo traerse a Carlos...
3 comentarios:
¡¡Enhorabuena!! Si no fuera por mis múltiples responsabilidades familiar-hogareñas, me hubiera acercado... :(
Bueno, igual aguanta hasta febrero; tiempo habrá... :-)
Yo ya lo he bautizado como Carl, me gusta más. No sé, creo que le da más personalidad. Pero... si es un telescopio... jajajaja.
Tú verás. ;D
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