24/12/08

Carlos y yo: Compañeros de viaje

Al final, me lo he traído. Estuve en un tris de no hacerlo, pues la experiencia de los años anteriores así lo aconsejaba: Es un engorro cargar con él en un Talgo hasta los topes (sobre todo en el viaje de vuelta); y como luego no encuentro forma de que me saquen de Orense acabo no usándolo más que para mirar de vez en cuando las gaviotas que ocasionalmente se posan frente a la ventana del salón; o para escudriñar los grupos de lavanderas que se preparan para bajar al dormidero buscando alguna yarrellii entre ellas (aún no he visto ninguna en esta ciudad). Y para ese viaje no necesitábamos alforjas... Total, que este año tomé la firme resolución de no traérmelo. Pero justo en el umbral de la puerta (literal) me entraron los remordimientos; y es que él nunca lo haría... Y aquí lo veis.
Realmente el problema no lo tengo con el telescopio, que es la niña de mis ojos; sino con la amiga pesada que suelen tener las niñas monas y con la que hay que cargar, que para el caso es el trípode. Me destroza el hombro cada ve que salimos; y ya me dio anteayer el viajecito en el tren, teniendo que llevarlo encima porque no había sitio en la bandeja de equipajes. En fin, a ver si por unas Navidades no me arrepiento...


2 comentarios:

Ángel Ruiz dijo...

Tienes una felicitación nuestra 'en papel' supongo que en el buzón de Madrid. Aquí te va la digital: muy feliz Navidad junto al Belén. Y un 2009 lleno de bienes.

Antón Pérez dijo...

Si la dirección del sobre era la de Madrid, supongo que allí llegará :-)
Gracias por las felicitaciones, que hago mías también para vosotros.