Entre que las previsiones meteorológicas para el fin de semana no eran nada halagüeñas, y que ahora que enfilo la recta final de mi estancia en el IMEDEA estoy apretando un poco (muy poco) más y me llevé algo de trabajo a casa, no pensaba realizar grandes hazañas ornitológicas. Sin embargo Lalo me llamó el sábado por la noche proponiéndome un plan rápido y concreto para el domingo por la mañana: Ir a una balsa de riego que hay en Son Ferriol (uno de los barrios periféricos de Palma) para que yo pudiese tachar el porrón pardo, una especie de pato cada vez más escasa en Europa occidental y de la que vía Internet (benditos foros) sabíamos que había un par de ejemplares invernando el aquel lugar...
... Muy bonito todo, pero al llegar a la balsa descubrí que aquello no iba a ser ni mucho menos chegar i encher. Imaginaba un pequeño estanque y me encontré con una masa de agua grande como un campo de fútbol y a rebosar de gaviotas y patos, agolpados éstos cómo no en la esquina más lejana a donde estábamos. Lalo no llevaba telescopio, y sólo con los prismáticos muchos de los patos, entre los que había ciertamente bastantes porrones, tuvieron que quedar sin identificar... En fin; otra vez será.
Pero este domingo tristón, con el cielo cuajado de nubes que no se decidían a descargar y con un vientecillo constante del norte bastante desapacible, me tenía preparada una gran sorpresa. Contemplando el mar desde Ciudad Jardín (foto), una de las zonas de playa aledañas a la capital, apareció a lo lejos un alcatraz atlántico Morus bassanus; mi primer alcatraz :-D. El alcatraz ha encabezado desde hace años mi lista personal de “¿Pero cómo no has visto todavía un...?” Y mira tú por dónde, aunque en invierno es bastante escaso en el Mediterráneo y superabundante (o eso dicen) en la costa gallega, he ido a verlo por primera vez en Mallorca; ¡qué alegría más grande!
... Muy bonito todo, pero al llegar a la balsa descubrí que aquello no iba a ser ni mucho menos chegar i encher. Imaginaba un pequeño estanque y me encontré con una masa de agua grande como un campo de fútbol y a rebosar de gaviotas y patos, agolpados éstos cómo no en la esquina más lejana a donde estábamos. Lalo no llevaba telescopio, y sólo con los prismáticos muchos de los patos, entre los que había ciertamente bastantes porrones, tuvieron que quedar sin identificar... En fin; otra vez será.
Pero este domingo tristón, con el cielo cuajado de nubes que no se decidían a descargar y con un vientecillo constante del norte bastante desapacible, me tenía preparada una gran sorpresa. Contemplando el mar desde Ciudad Jardín (foto), una de las zonas de playa aledañas a la capital, apareció a lo lejos un alcatraz atlántico Morus bassanus; mi primer alcatraz :-D. El alcatraz ha encabezado desde hace años mi lista personal de “¿Pero cómo no has visto todavía un...?” Y mira tú por dónde, aunque en invierno es bastante escaso en el Mediterráneo y superabundante (o eso dicen) en la costa gallega, he ido a verlo por primera vez en Mallorca; ¡qué alegría más grande!
2 comentarios:
¡Enhorabuena!
¡Que bonito es! ¿Lo viste bien?
Muak
Bien de bien... :-)
¡Gracias por las felicitaciones, guapa!
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