Una historieta curiosa, para que paséis el día si no os apetece mucho trabajar; va de redescubrimientos de especies perdidas: el chorlitejo de esta foto que os enlazo, un Charadrius dealbatus, en principio no tiene nada de particular... pues la verdad es que, por no tener, no tiene ni nombre en castellano, ya que hasta hace un par de años ni siquiera sabíamos lo que era. Supongo que una conjunción de cosas (que viajar se haya hecho cada vez más fácil y barato, que haya mejores cámaras y telescopios en el mercado, que ver aves sea cada vez más popular y que haya también más y mejores fuentes de información sobre identificación de las mismas) son la causa de que, desde 1993 en adelante, los pajareros que visitan las costas de la península Malaya hayan señalado la presencia de unos pequeños chorlitejos con la carita blanca; similares a los patinegros, pero claramente distinguibles. Con el paso de los años fue aumentando el número de citas, y la comunidad científica empezó a ponerse nerviosa: parecía que un bicho desconocido para la ciencia se estaba paseando frente a las narices de todo el mundo...
Sin embargo no estamos hablando de una mierdecilla marrón en una selva perdida, sino de una limícola aparentemente fácil de observar en una zona suficientemente trillada por los científicos europeos de la época colonial. Siguiendo este razonamiento, un grupo de investigadores decidieron bucear un poco en las colecciones de varios museos, descubriendo que, como creían, este bicho ya se conocía desde hace tanto tiempo... que todo el mundo se había olvidado de él. El problema en concreto radicaba en que Swinhoe, al describirlos allá por 1870, no había señalado ningún ejemplar tipo; de forma que científicos posteriores identificaron el nombre de dealbatus con una subespecie local de chorlitejo patinegro que ya tenía su propio nombre. Y así estaba la situación: con unos bichos sin nombre y otros con dos. Por fortuna, el entuerto ya está deshecho; pero quién sabe qué otros líos duermen (de momento) en los museos del mundo. La historia completa, muy bien explicada, y con fotos, muchos datos y demás, podéis encontrarla aquí.
Sin embargo no estamos hablando de una mierdecilla marrón en una selva perdida, sino de una limícola aparentemente fácil de observar en una zona suficientemente trillada por los científicos europeos de la época colonial. Siguiendo este razonamiento, un grupo de investigadores decidieron bucear un poco en las colecciones de varios museos, descubriendo que, como creían, este bicho ya se conocía desde hace tanto tiempo... que todo el mundo se había olvidado de él. El problema en concreto radicaba en que Swinhoe, al describirlos allá por 1870, no había señalado ningún ejemplar tipo; de forma que científicos posteriores identificaron el nombre de dealbatus con una subespecie local de chorlitejo patinegro que ya tenía su propio nombre. Y así estaba la situación: con unos bichos sin nombre y otros con dos. Por fortuna, el entuerto ya está deshecho; pero quién sabe qué otros líos duermen (de momento) en los museos del mundo. La historia completa, muy bien explicada, y con fotos, muchos datos y demás, podéis encontrarla aquí.
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