Sin llegar a los refinamientos culinarios del habitante del que os hablé ayer, la verdad es que las especialidades gastronómicas suecas dejan bastante que desear... Pues si lo de la tierra es malo (albóndigas pequeñas y duras y mil formas de estropear una patata), lo del mar es peor (arenque y salmón en conserva desde la Edad Media más o menos y ese "príncipe de este mundo" que es el lutfisk...). Y todo con kilos de eneldo, por supuesto.
No es de extrañar la popularidad que, al igual que pude ver en Noruega, tiene aquí la comida precocinada de todo tipo, que ocupa una cantidad de estantes en el supermercado que nunca he visto en España. Y, por lo que se ve en la cola de las cajas, a base de comida precocinada, pizza y macarrones sobreviven no sólo los profesores y estudiantes con los que coincido a diario en el comedor del Departamento, sino un gran porcentaje de la población escandinava... Y luego le echarán la culpa de los suicidios al interminable invierno.
4 comentarios:
Pues el salmón tiene mucha fama(el salvaje of course)
No te preocupes que traje un saco de salchichas alemania y aun tienes que echarle el diente al asado argentino!!!
Eso será si queda algo en casa para cuando vuelva en Navidad...
¡SOBREVIVIRÁS! Cuando vuelvas, que ya habré cobrado (recemos) vamos de cabeza al gallego, ¿vale?
Besos
Cuando cobres me conformo con unas tortitas del VIP's como Dios manda... :-)
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