Creo que me lo compré a primeros de año, empecé a leerlo en Semana Santa y no lo terminé hasta el pasado fin de semana: Efectivamente, la Eneida no me ha enganchado allá mucho, que digamos...
Me da la impresión de que (atención al moco literario) con la Eneida pasa un poco lo mismo que con la 2ª parte apócrifa del Quijote: Virgilio, al igual que Avellaneda, intenta aprovecharse del tirón de un material que ha triunfado (por cierto, reniego por completo del primer párrafo de aquella entrada; ¿cómo pude escribir semejante cursilada...?); y creyendo que escribir es oficio sencillo se lanza a la aventura de continuar las aventuras iniciadas por otro, pero lamentablemente con un plectro que suena muy desafinado...
Que conste que la idea de hacer a los romanos descendientes de Eneas es buena (cosas más raras se han visto; por ejemplo que los griegos vengan de los gallegos...); Eneas, junto con Héctor y a pesar de ser del bando perdedor, creo que es de los personajes que mejor cae de la saga homérica: Padres de familia, honrados y fieles servidores de su ciudad; que por culpa del caprichito de Paris se ven obligados a defender Troya en una guerra que no buscaron. Desde luego, mucho mejores que el colérico Aquiles, Agamenón el egoísta, Néstor el fanfarrón o Ulises el zahíno...
Pero hasta ahí llega Virgilio. Luego descubre consternado que no es tan fácil vestir a dioses y hombres de epítetos evocadores, que las comparaciones tan vistosas que consigue el griego no salen solas, que es difícil desarrollar un canto a las naves o describir unos juegos sin hacerse pesado... Y para solucionarlo y mantener la atención del lector, pues recurre a la casquería: Allá donde el otro conseguía imágenes casi bellas de la muerte, Virgilio se dedica a meter seso, tripas, amputaciones y litros de sangre; por no hablar de que el modo en que describe muchas veces las relaciones entre personajes está más cerca de una conversación de taberna que de la lírica épica...
Con todo y con eso, si ya va uno preparado, no deja de resultar una lectura interesante y entretenida... ¿Recomendada? Bueno; si no tienes nada mejor...
Me da la impresión de que (atención al moco literario) con la Eneida pasa un poco lo mismo que con la 2ª parte apócrifa del Quijote: Virgilio, al igual que Avellaneda, intenta aprovecharse del tirón de un material que ha triunfado (por cierto, reniego por completo del primer párrafo de aquella entrada; ¿cómo pude escribir semejante cursilada...?); y creyendo que escribir es oficio sencillo se lanza a la aventura de continuar las aventuras iniciadas por otro, pero lamentablemente con un plectro que suena muy desafinado...
Que conste que la idea de hacer a los romanos descendientes de Eneas es buena (cosas más raras se han visto; por ejemplo que los griegos vengan de los gallegos...); Eneas, junto con Héctor y a pesar de ser del bando perdedor, creo que es de los personajes que mejor cae de la saga homérica: Padres de familia, honrados y fieles servidores de su ciudad; que por culpa del caprichito de Paris se ven obligados a defender Troya en una guerra que no buscaron. Desde luego, mucho mejores que el colérico Aquiles, Agamenón el egoísta, Néstor el fanfarrón o Ulises el zahíno...
Pero hasta ahí llega Virgilio. Luego descubre consternado que no es tan fácil vestir a dioses y hombres de epítetos evocadores, que las comparaciones tan vistosas que consigue el griego no salen solas, que es difícil desarrollar un canto a las naves o describir unos juegos sin hacerse pesado... Y para solucionarlo y mantener la atención del lector, pues recurre a la casquería: Allá donde el otro conseguía imágenes casi bellas de la muerte, Virgilio se dedica a meter seso, tripas, amputaciones y litros de sangre; por no hablar de que el modo en que describe muchas veces las relaciones entre personajes está más cerca de una conversación de taberna que de la lírica épica...
Con todo y con eso, si ya va uno preparado, no deja de resultar una lectura interesante y entretenida... ¿Recomendada? Bueno; si no tienes nada mejor...
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