9/5/09

Al itálico modo

Algún lugar junto a Chinchón...
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El método de captura que empleamos para las codornices es muy entretenido, pero a menos que se le dé a uno muy bien la mañana o la tarde el resultado en número de capturas suele ser algo pobre. Por eso, esta noche pasada hemos ensayado un método empleado por anilladores italianos con muy buenos resultados en islas sobre las que pasan las codornices al migrar sobre el Mediterráneo.
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El asunto está en, una vez localizada una zona adecuada, montar a última hora de la tarde una especie de cuadrilátero con redes de anillamiento de las habituales de paseriformes; que es lo que estamos haciendo en la foto de arriba Miguel, José Antonio (un anillador en formación con ganas de acompañarnos) y yo. Al anochecer se coloca dentro un altavoz potente con un reclamo que incluye tanto voces de hembras como de machos.
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La “caja mágica” terminada esta mañana, antes de desmontar el chiringuito.

El objetivo del mismo no es tanto empujar las codornices hacia la trampa como irlas atrayendo, pero igualmente alguna siempre acaba cayendo, como la de la foto de arriba (no os engañéis por la luz, que es la del frontal; era noche cerrada); de forma que se revisan las redes un par de veces tras su instalación. Después (y si uno lo consigue, claro) ya se puede dormir unas pocas horas hasta una antes del amanecer, cuando se cambia el reclamo con voces de hembras y machos por uno sólo con voces de hembras. Entonces todos los machos que se habían ido aproximando caen ya en las redes; se recogen, se toman las medidas y muestras de todas las capturas y se liberan.

Y si la noche se ha dado bien (como hoy, que cogimos 19) el procesado de todos los bichos se alarga hasta medio día; pero es una paliza que doy por bien empleada. Aunque no me apetece repetirla muy pronto; tanto tiempo en el laboratorio creo que me está ablandando demasiado...

2 comentarios:

Vero dijo...

Jo, que miedo dan esas bolsas, parece que hay una codorniz desangrándose ahí dentro... :S

Antón Pérez dijo...

Qué observadora :-)... Afortunadamente no es sangre; sino que mucho me temo que es que los colectores están sucios de tantas currucas comedoras de moras como han pasado por ellos...