10/7/08

Pasando la tarde en Santillana

Como el miércoles pasado (por cierto, era una culebrera; gracias por la participación masiva...), volvimos a acercarnos a la Sierra ayer Javi y yo. Esta vez el objetivo era algo distinto: ya he comentado alguna vez que muchos halcones de Eleonor, antes de dirigirse a sus colonias de cría costeras mediado ya el verano, pasan uno o dos meses en el interior de la Península cazando grandes insectos al atardecer. El domingo pasado habían visto dos cerca de Soto del Real, y como Javi nunca los ha visto, pues nos acercamos a probar suerte.

Y no los encontramos, claro está. Sin embargo, siempre es agradable salir al monte, aunque sea por escasas horas. En los alrededores del embalse de Santillana todo respiraba tranquilidad: sin miedo a un corte de digestión, las vacas pacían plácidamente dentro del agua, entre masas de flores rosas de Potamogeton; y en las orillas se espatarraban al sol los galápagos leprosos, contemplando tal vez cómo dormían la siesta las gaviotas reidoras, que finalizada ya la cría comienzan a bajar desde Centroeuropa, acompañadas ya de sus retoños de este año. Bienvenidos; ojalá estuviese siempre en este país todo tan tranquilo...

Mauremys leprosa

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