1/9/15

Como colofón al Congreso...

 Todo congreso que se precie debería tener una excursión, esto está claro. Y el nuestro ya sabéis que la tuvo, pero como quiera que no vimos allá gran cosa, me alegré de poder prolongarlo ayer por la tarde con una segunda excursión, fuera de programa y hecha a medida: Guille fue (y volvió) al congreso llevando a un alemán, Jan, que conoció durante su reciente estancia de investigación en Nueva York. Como al chico, pajarero de pro, le faltaban unos cuantos bichos salteados en la lista, diseñamos una ruta rápida y eficiente por la Comunidad de Madrid. La primera parada fue en El Pardo, donde tras mucho dejarnos los ojos mirando al cielo descartando buitre tras buitre, conseguimos por fin dar allá lejos con un juvenil de águila imperial ibérica, el primero de los tres objetivos de la tarde. No era un adulto bonito y cercano, pero no podíamos tampoco echar el día entero allí, y menos con la amenazante tormenta que iba bajando desde la Sierra...

 ... aunque tiempo para echar un ojo a los jabalíes que se acercan a ver qué les tiran los clientes de El Torreón siempre hay, claro. ¡Qué bichos más majetes! Sobre todo al otro lado de la verja del parking...

 La segunda mitad de la tarde la echamos al otro lado de la capital, en Rivas-Vaciamadrid, en la laguna de El Campillo; más por echar un ojo a los cantiles de El Piul que por la laguna en sí. Como veis, la tarde estaba preciosa... después de que, una hora antes, nos alcanzase la tormenta (al lado del coche, por suerte), que estuvo descargando con ganas.

En cuanto escampó, las chovas (como ésta anillada) se dedicaron a picar con ahínco bichejos entre la arcilla, pero no eran chovas lo que quería nuestro amigo teutón, sino otras dos aves que se hicieron bastante de rogar. Pero terminaron saliendo, tanto los gorriones chillones en las cubiertas de la fábrica de vigas como las collalbas negras en los propios paredones, para gran alegría suya. Y nuestra, que siempre gusta cumplir lo que uno ha prometido (algo temerariamente tal vez, cuando se trata de garantizar observaciones de pájaros)...

Y ahora ¡a trabajar! Que habrá que tener algo que justifique apuntarse al siguiente congreso.

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